Utopías y desafíos de vivir un presente no binario

Azul Cooper y Marti Soto para Tierra Media

Azul Cooper y Marti Soto (Gentileza)
Azul Cooper y Marti Soto (Gentileza)

M - A mí lo primero que se me viene a la cabeza cuando hago un mapeo de la escena de las artes visuales en Córdoba es un solo concepto: Ser vector, ser un agente expansivo. Entiendo que tiene muchos matices y temperaturas pero creo que mi condición de inmigrante en conjunción con mi profesión me llevan por ese camino. Tengo que confesar que a veces tengo el sentir que eso causa escozor, o no?

A - Pienso en el escozor, y pienso también en el vértigo. Hacer implica transitar el abismo. En mi caso como artista local, artista y docente, existe mucho también de ese anhelo de expansión desde un lugar entrañable, idealista y hasta utópico. Para mí el arte es casi el único lugar para volver a uno mismo. 
Aún así no dejo de sentir cada día el vértigo. Hablo por un lado de ese vértigo necesario que nos revela el temor y las propias contradicciones. El arte como ese espejo frágil, siempre atinado que nos da en el blanco de nuestras flaquezas. Pero sobre todo hoy, aquí ahora, pienso en el vértigo sobre los contextos que nos permiten y no nos permiten producir. Casi todo hoy es un sobrevivir permanente y las cuestas se presentan a duras penas, cada vez más pronunciadas. 
Sin embargo el arte es ese fénix que aparece una vez más en el lugar más impensado. Hoy sentí que mi gesto artístico del día fue emocionarme con el aire fresco de la lluvia. No tuve hoja, ni papel, no dibujé, ni fotografié. No grabé. 
Respiré. 
¿Cuáles serán los próximos matices y las temperaturas de los gestos del arte?

M - Me lleva a un lugar muy visceral lo que decís. Creo que por elección, o quizás por supervivencia hedónica y terrenal, nuestras prácticas profesionales nacen y se nutren del vértigo. Y ahí mismo está la génesis de esos matices y temperaturas de los gestos sensibles y estéticos que, en tu caso y en el mío, son imprescindibles. 
A veces me detengo a observar lo errático y lo espasmódico de mi producción y lejos de arrepentirme, me inflo y tomo impulso para seguir experimentando en el infinito océano de lo multidisciplinar, un cocktail tan explosivo como seductor. Algo que me llama siempre la atención es que mucha gente al saber que soy Antropóloga y que en la escena de las artes visuales me dedico a la Comunicación y Producción, responden con un "nada que ver" como si la producción artística no tuviera vínculo alguno con un entramado socio cultural. Inverosímil, ¿no?

A - Pienso que aún hay mucho que desentramar. Seguimos atados a las ideas categóricas, puras, taxativas. Una tendencia reduccionista que nos lleva a separar siempre la paja del trigo, tanto en el arte como en el orden mismo de las cosas ¿Por qué tanta tendencia al atajo, a la reducción, al camino rápido, conocido, digerido? Justamente el vértigo que mencionamos arriba para mí tiene que ver con esto: encontrar otras formas de comprender, de habitar, de transitar las prácticas, y por ende, el pensamiento. Con el arte estamos un poco destinados a esto, hay que hacerse cargo. Las formas, los medios, son excusas. Ya sé, no estoy diciendo nada nuevo, pero siempre me lo digo, para no olvidar que todo esto tiene que ver con algo más. 
No alcanza con producir obra en el presente para ser contemporáneos. ¿Qué precisan entonces las prácticas, las obras, los artistas, para serlo?

M - Esa es la gran pregunta. 
Tenemos la suerte y el desafío de vivir un presente no binario que colma el orden de las cosas, como mencionas. Hay una abolición palpable del negro o blanco como únicos polos posibles, los grises son protagonistas. 
Observo con frecuencia que las etiquetas me asfixian, las definiciones me coartan un vuelo que se hace vital para mi y, creería, para vos también. Lo identifico en mi práctica y, aunque te rías, en mi acción de cocinar como por dar un ejemplo: una arepa colombiana convive junto a un dip de remolacha, cosa antes impensada. Esas zonas grises son alegría pura para mentes curiosas. 
El frenesí de navegar múltiples lógicas, lenguajes y texturas será acaso una pista para comprender la contemporaneidad no solo en el arte sino en otras esferas también? ¿Cómo lo vivís en el aula?

A - En el aula la heterogeneidad casi siempre es palpable y real. Lo diverso y lo mutable son casi la única fija. El aula es también, a mi modo de ver, un terreno diáfano que me permite vivir esa utopía que me une al arte. En estos espacios (de mutuo aprendizaje), son posibles muchas cosas y es uno de los sitios más oportunos para habitar el lugar de la pregunta, después, todo es secundario, incluso las materialidades, las apariencias, las formas. Por eso es imposible no pensarme como artista sin pensarme como docente, ni docente sin pensarme como artista. Para mí es una misma cosa. La docencia es un hacer muy honesto, generoso y eso me lleva a conectarme con mi producción de ese mismo modo, no me deja margen y no me interesa ser artista de otro modo. 
Con los años hago énfasis en dos cosas que se han vuelto imprescindibles en mis prácticas: transitar la experiencia, habitar el camino como obra en sí misma, y, lo otro, tan imprescindible como lo anterior: compartir para humanizar el hacer. Después de todo, llegamos y nos vamos solos del mundo, pero siempre estamos buscando refugio en otrx.

M - Compartir es medular. ¿Qué sería del beso si no hay uno que da y otro que recibe? ¿Qué sería de la poesía si no hay una escucha hambrienta que recepta los versos? Compartir desde la horizontalidad los trayectos, aprendizajes y logros se hace imperativo en un contexto de hiper conexión y infoxicación. 
En un escenario post pandémico y bajando ese concepto a la escena local, detecto un hacer más generoso. Hay un surgimiento de acciones colectivas que traccionan intereses grupales. Huelo una activación polifónica que intenta desafiar egos monolíticos, con torpezas y todo lo que sea, pero elijo ver el vaso medio lleno. 
¿Vos también lo percibes o es el sesgo de mi ojo idílico?

A - El cuerpo a cuerpo, la palabra a los ojos, la piel como ese órgano que nos conecta, ese órgano gigante que nos viste, que nos separa físicamente del afuera pero que pide a gritos conexión con otros territorios sensibles. Creo que post pandemia nos hicimos muy conscientes de esa necesidad: física y visceral. 
Nos nutrimos de todo aquello que se dispone en el contexto, y por ende, nos transformamos en esa interacción. Es un intercambio. 
Mi idea con el arte es poder inundar ese afuera de buenas cosas, y cuando hablo de buenas cosas también hablo de estar lo necesariamente despiertos, sensibles y humanos como nos exigen estos tiempos y los que se avecinan.


Sobre las autoras

Azul Cooper

Córdoba, Argentina 1984.

Es Fotógrafa, Licenciada en Arte y docente de las cátedras de Problemática de la Fotografía Contemporánea, Historia de la Fotografía y Arte Contemporáneo I y II de la Escuela Superior de Artes Aplicadas L. E. Spilimbergo de la Universidad Provincial de Córdoba y de la Universidad Blas Pascal.

Utiliza la fotografía como principal lenguaje expresivo aunque en cruce permanente con diferentes medios y soportes. Ha participado en numerosas muestras tanto en México como Argentina en las ciudades de Salta, Tucumán, Rosario, Córdoba, Villa María, Río Cuarto y Buenos Aires. Obtuvo distinciones y reconocimientos como la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes (año 2021 y 2022) con el proyecto "Del Hilo del Linaje al entramado afectivo", trabajo que desplaza parte de su labor hacia el universo del arte textil y la mención en el PREMIO DE FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA organizado por AAMEC Asociación de Amigos del Museo Caraffa Córdoba 2018, entre otros.

Instagram  @azul_cooper

Martí Soto

Bogotá, Colombia. 1976.

Licenciada en Antropología de la Universidad de los Andes de Bogotá, Colombia. Fundadora y Directora de Culzi - Agencia de Comunicación y Plataforma de Difusión de Prácticas Artísticas.

Capacita y Asesora a Artistas y Galeristas, y forma parte del equipo de docentes de la Diplomatura en Gestión Cultural Política y Praxis de la Secretaría de Extensión y Relaciones Interinstitucionales de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Provincial de Córdoba.

Crea y desarrolla acciones de comunicación y posicionamiento para Artistas Visuales, Galerías de Arte, Organizaciones e Instituciones del ámbito del Arte y la Cultura. En su práctica profesional convergen el análisis sistémico y socio cultural de proyectos artísticos y culturales para crear estrategias de comunicación expansivas acordes con la poética y el valor simbólico de las producciones.

Instagram @marti_soto._

Facebook @marti.soto2




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