Toch, una palabra y un sonido
El sábado 27 de agosto de 2022, Toch, todos sus músicos invitados, y su público cantante y danzante, celebraron el estreno de "Devolviendo Luces", el todavía último disco de la banda, en la de un tiempo a esta parte muy concurrida sala de Rosario de Santa Fe al 200. Hoy, ese lugar con tanta historia -la leyenda cuenta que Carlos Gardel cantó allí en 1914-, sigue haciéndola pero con nuevas figuras: el otrora cine teatro Novedades estuvo años abandonado, hasta que en 2010, con toda su estructura remozada y refuncionalizada, se convirtió en Studio Theater.
En ese día del invierno de 2022, con la pandemia dejada atrás -aunque parecía más lejana que lo que dictaba el calendario- deseoso de vida social, fui uno más en un muy numeroso público que colmó el lugar. Quien escribe este copete, publicó un texto días después, en la página de su facebook personal, referido al show de Toch, una crónica mezclada con comentario, que recibió muchas lecturas y compartidas. Hoy Tierra Media ha decidido publicarla para su comunidad de lectores, apenas retitulada en esta oportunidad. Aquí va, pero acompañada después con la actualización que supone una breve y reciente entrevista a Juampa Toch.
Toch es una palabra y un sonido que deriva de un apellido que suena francés (Theaux), y desde hace varios años es el nombre propio de una propuesta musical y artística afincada en ese paraíso de diversidad (y de unidad en la diversidad) llamado "fusión", donde conviven la chacarera, la milonga, el huayno, el candombe, el reggae, la balada y las formas y sonidos del rock, en esa saludable hibridez que ya supieron encarnar otros artistas desde sus respectivos universos, y donde se dan la mano charangos y guitarras eléctricas, quenas y traversas, saxos y zicus, legüeros, cajones peruanos y baterías.
Pero la magia no es esa palabreja, no es que decís fusión y todo se dispara. La magia está en las canciones, en esa sujeción desde el primer compás a un ritmo danzante o a una clave rítmica, y con las variables melodía y armonía en un equilibrio apabullante, la primera activando la condición cantábile y la segunda anclada mayoritariamente en la transparencia. Pero esto tampoco es. El asunto es escucharlas, entrarles, cantarlas, bailarlas.
Cada pibe o piba que estuvo anoche en el Studio Theater, en la presentación de "Devolviendo luces", 5to disco de estudio de Los Toch (Juan Paio en bajo, guitarras y voz, y Andrés en batería y voz) y Martín Ellena (bandoneón y voz) saben de qué hablo, seguramente con data sensible de quienes han venido acompañando un proceso que ya alcanzó los 15 años y 5 discos que constituyen una acumulación de temas que deben hacerle difícil al grupo decidir qué programa van a tocar en un concierto como el del pasado sábado a la noche, aparte de los que forman parte del nuevo disco.
También había gente mayor como yo -y de los "cuarenti" y "cincuenti", ya alertados de este grupo convocante de la música popular- y músicos inspirados -y contemporáneos al trío- que encarnan otras estéticas y que asistieron por amistad y no sin asombro al evento que devolvió las luces a una Córdoba que renace de la pandemia, que muestra todavía algunos barbijos mal puestos como reflejo de esa sujeción temerosa a los hábitos que generó el virus, heridas de un tiempo que queremos superar para siempre y que nos había quitado los abrazos, el tumulto ruidoso y de pogo encendido, el canto colectivo a voz y gritos en pecho.
Les reconozco a mis hijos Pedro y Santiago que evitaron que yo sea un recién llegado porque ya desde 2015 me hicieron escuchar las primeras canciones, por ejemplo "Sonido de las ciudades" que integra el 2do disco ("Toch" del 2011, y que antenoche no la tocaron), y que música mediante -a través de la experiencia que encarnan en su proyecto Los Árboles- me hicieron conocer a distancia el rol de Juan Paio Toch como productor, faceta que habla de su versatilidad musical y profesional y que ha generado en su alrededor un entorno de artistas, bandas y solistas, muchos de los cuales también son instrumentistas muy calificados que tocan con el grupo, alternadamente algunos, de manera permanente otros: Federico Seimandi, destacado bajista/guitarrista en esta propuesta y en la de "Sei nou mandi", además de compositor en este y otros grupos, los notables Santiago Bartolomé en trompeta y el vientista Diego Cortéz (ambos ausentes en la noche de ayer), y la cantautora y trombonista Negra Marta Rodríguez, a quien anoche se sumaron su hermano La Bruja Rodríguez en trompeta, y también en saxo Julieta Ortiz y el talentoso y experimentado saxofonista Guille Rebosolán. Imposible no mencionar además que vienen de compartir escenarios con el extraordinario guitarrista uruguayo Nicolás Ibarburu en Buenos Aires y La Plata.
Juan Paio Theaux encontró el momento, cerca del final, para homenajear a Pedro Cabal, "Pericles", destacado músico pampeano residente en Villa María, integrante junto a Fausto Vercellino, Jairo Reboyras, Lucas Heredia y Gustavo Hernández, de la banda Madre Chicha, y que falleciera recientemente generando sorpresa y un fuerte pesar en la comunidad musical de dicha ciudad y la provincia.
Anoche Toch tuvo una noche consagratoria, y eso no es sólo por haber agotado las localidades -dato que no deja de ser ilustrativo y más en estos tiempos de vacas flacas- sino porque han sabido construir una comunidad de oyentes presenciales y entusiastas que cantan, saltan, bailan, disfrutan, y no sólo cantan letras y melodías, cantan también los arreglos, las frases instrumentales del bajo, los cortes o pases de la bata, o del bandoneón de Martín Ellena, y comparten con los músicos un código de pertenencia al disfrute de las canciones como banda de sonido del tiempo y el mundo que nos toca vivir, ese que exhibe las cicatrices del pasado en el terreno de los derechos humanos -cuando los Theaux y su público joven eran chicos o no habían nacido- y las consignas ecológicas y de defensa del ambiente de la actualidad.
Para quienes no sepan del fenómeno acá va este mensaje.
27.08.22
Juan Paio Toch: "A la canción la veo como una plataforma mágica"
HS.: ¿Qué es la canción, qué son las canciones, cómo se vinculan música y palabra, palabra y música?
JT: A la canción la veo como una plataforma mágica donde se mezcla el inmenso poder de la música con el de la palabra. Como la palabra es sonido y lo instrumental también puede contar una historia, comienza una danza que termina elevando el resultado, borrando la frontera que divide ambos mundos, ya no se sabe si una música acompaña al texto o es la palabra que con un giro melódico nos transforma.
Creo que esa plataforma de expresión tiene la posibilidad de ingresar cual si fuera una planta medicinal, y tocar nuestras emociones. Nos recuerda que todas las personas compartimos este viaje de aprendizaje y transitamos caminos interiores similares.
En el caso de las canciones que hacemos con Toch, tenemos el paso previo de probar ese yuyo en nosotros mismos, si tiene chance de traspasar barreras y emocionar, pasamos a compartirlo.
HS: La desnudez de nacimiento de una canción y su desarrollo. Habláme de cómo ves ese asunto.
JP: Es muy difícil describir lo que pasa al nacer la canción, para explicar eso me imagino que somos instrumentos que reciben información. Ese instrumento se va tallando con cada experiencia, tiene marcas de vivencias y todo el arte que nos llegó profundamente. La nueva combinación nos visita y nos conmueve. Me gusta imaginar que cual luthieres vamos moldeando el instrumento, aplicándonos en nuestros defectos y virtudes. Cuidándolo. Siempre recuerdo que en 2016, en un estado de sensibilidad fuerte por lo que venía viviendo, aparecieron casi el mismo día tres canciones que después integraron el disco "Voy a encenderme" (2018), los audios donde las voy registrando por primera vez están interrumpidos por llantos de tremenda emoción. Muchas veces cuando letra y música vienen juntas es muy potente. En nuestras canciones intentamos respetar siempre la musicalidad de las palabras que se asomaron por primera vez, aunque sean un balbuceo, y no tratar de hacer encajar una palabra que musicalmente no se integra bien con la base armónica rítmica melódica.
HS: ¿Qué pensás o sentís cuando se habla de una escena musical "local"?
JT: Me encanta pensar en lo local y lo cercano, el intercambio de ideas y materia se agiliza cuando se comparte con los que tenemos al lado. Gracias a eso recibimos mucho amor y música en Córdoba y Madrid, y lo vamos devolviendo para continuar la rueda, seremos siempre alumnos y maestros, eso nos mantiene niños y responsables de la luz que la vida nos regaló. Y también muy agradecidos por este camino musical. El mundo está lleno de estas expresiones pero a la vez compartimos una historia local y formamos parte de ella, es muy hermoso coincidir con gente que está en este mismo camino. Gente que decide que su vida sea una obra de arte, sin importar la profesión, contagiando ese impulso para seguir encendidos.-
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