Serie: El bosque está adentro - Ayelén Koopmann

Los espacios boscosos como escenarios vitales de las transformaciones femeninas. Una obra que remite a los cuentos de oralidad donde el bosque es un elemento arquetípico que nos invita a preguntarnos por lo que está sucediendo allí. A través de una serie de entrevistas la autora se pregunta por la vinculación estrecha entre las dificultades y los procesos vitales de cambio, planteando la dualidad del bosque como espacio espiritual y sagrado, pero también como un lugar de riesgo y oscuridad.

Más de la obra y el proceso:

Texto de Lorena Fernández para la Muestra montada en la fotogalería del Buen Pastor. Marzo-mayo 2023

"Decime, ¿qué más debería haber hecho?

¿Acaso no muere todo al final, y demasiado pronto?

Decime, ¿qué pensás hacer

con tu única, salvaje y preciosa vida?"

Mary Oliver, El día de verano.

Había una vez y no había una vez… dicen las contadoras de cuentos que los inicios extraños nos alertan sobre los lugares en los que nada es lo que parece ser. A primera vista la trama boscosa nos rodea, podríamos ser engullidas por su espesura, y sin embargo un impulso vital nos vuelve temerarias. Sabemos que las historias crecen más allá del linde y somos recolectoras de historias.

Todas las mujeres que aparecen en estas imágenes estuvieron algunas vez perdidas en los bosques; una vista interior, un oído interior, una percepción interior las guío en sus recorridos. La intuición es una tarea y un don, se ejercita al mismo tiempo que la libertad para ser y hacer. En el vínculo con lxs otrxs, humanxs y no humanxs, es la intuición la que nos permite mantener y alterar la propia estructura para encontrarnos.

Ayelén Koopmann, autora de estas imágenes, también estuvo extraviada y es justo decir que su trabajo es una marca del paso por esas intensidades. Con amigas, construyó acoples de lugares, gestos y transformaciones. Las fotografías, que avanzan como plantas sobre los muros, son recordatorios de lo que se ve cuando se siente.

Había una vez y no había una vez unas mujeres que se confiaron las unas a las otras y entraron en el bosque.

Galería Fotográfica  

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Ayelén Koopmann

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