¡Paren! ¡No nos olvidemos del cuarteto!

El arte de orquestar las músicas populares (Parte II)


Le damos continuidad a una reflexión que iniciamos un mes atrás (ver nota), con los testimonios y aportes valiosos hechos por cuatro músicxs de Córdoba, compositores, arregladores, orquestadores, instrumentistas, interesados por la materia de la música popular y respondiendo a una serie de inquietudes. Son ellos Lourdes Fontana, Pablo Rojas, Jorge Martínez y Hernán Morales. En este caso, sobre otra "provincia" de la música cordobesa, la música bailable conocida como tunga tunga, o simplemente cuarteto.

El Negro Videla con la Banda Sinfónica de la Provincia, dirigida por el maestro  Hadrian Avila Arzuza (foto: Cuarteteando)
El Negro Videla con la Banda Sinfónica de la Provincia, dirigida por el maestro Hadrian Avila Arzuza (foto: Cuarteteando)

El territorio específico del tunga-tunga

Hicimos un cierre con moño al análisis de aquellos géneros populares que fueron efectivamente protagonistas de dialécticas muy fértiles en relación a las texturas orquestales, sobre las que aportaron sus reflexiones nuestros músicos invitados con ese objeto. Hablamos sobre el folklore y sobre el rock, principalmente con nuestros invitadxs. Pero podemos ampliar la indagación hacia un ejemplo que no atravesó esa experiencia de fusión específica.

Muchas veces nos hemos cruzado con el comentario siguiente: "el cuarteto no corrió con la suerte del tango". Este género, trazando una parábola desde el trío de los peringundines del puerto, recorrió la flecha que atravesó el cabaret de los años treinta, el reclutamiento muy temprano por la industria discográfica que trajo a su vez la de los bailes multiplicados y multitudinarios y, sumado al poder voceador de la radio, el proceso apadrinó el nacimiento de las grandes orquestas, de los grandes compositores, arregladores, directores e instrumentistas, hasta imponer definitivamente al tango como un género testigo a nivel internacional. No teman, no contaremos la historia del cuarteto. Pero está claro que el "paso cordobés" o tunga tunga, que sí recibió influjos importantes de otros géneros populares, no tendió acercamientos mutuos decisivos con la sonoridad orquestal; y si conquistó otras capas sociales, venciendo fuertes resistencias de clase y un fuerte control policial, en última instancia, a lo largo de su vida octogenaria, no recorrió por otra parte un camino alternativo que lo alejase -o no- de la industria bailable, para dar ramas de su adn a "otra cosa" cuartetosa, orquestosa, coreográfica, de concierto, milenial o lo que de allí saliese.

Imaginemos, entonces. Exploremos el porqué de esa vía muerta, o tal vez dormida, de algo a lo que podríamos, si quisiéramos, llamar "evolución" (concepto que siempre puede enmascarar en este contexto una buena dosis de "expropiación" respecto de la pertenencia de un determinado objeto o fenómeno cultural). No podemos decir que la expropiación no haya ocurrido ya, por parte de la industria, en el caso del cuarteto, el género en ese sentido más próspero de Córdoba, agregando decirle "ampliado", porque engloba a su vez varios subgéneros bailables, como marcas en su historia (por ejemplo el llamado "tropical") y procedentes de la más pura actualidad del mercado, desde el merengue a las nuevas versiones más próximas a la clase media.

Pero nos detengamos aquí para darles la voz a nuestrxs cuatro comopositorxs y arregladores invitados. También para ellos es un ejercicio de imaginación, incluso la pregunta los sorprende y los pone a pensar sobre la relación posible del cuarteto con los instrumentos sinfónicos.

Lourdes Fontana (foto gentileza LF)
Lourdes Fontana (foto gentileza LF)

Sin necesidad no hay procesos

Lourdes Fontana, pragmática, más que imaginar trata de hilar el tema con el objeto de entender por qué ese acercamiento no se dio:

"La pregunta es interesante. Me gusta. No estoy segura de la respuesta, pero te digo lo primero que me viene, como instintivamente. Creo que básicamente no hay arreglos orquestales de cuarteto porque el cuarteto no los necesita, ¿no? No hay una comunión entre la música del cuarteto y la música sinfónica porque no hay una necesidad planteada en fusionar esas músicas. Y no me refiero a necesidades comerciales o a necesidades económicas. Me parece que musicalmente no hay una necesidad de que ni el cuarteto se acerque a lo sinfónico, ni que las personas que se dedican a lo sinfónico se acerquen al cuarteto, porque pareciera que ya hay un público hipermasivo que es el que consume cuarteto y que es el que accede a este tipo de música, y al que les gusta este tipo de música tal cual es. Entonces ¿cuál sería el punto de transformarla en algo sinfónico, ¿para que la escuche quién? ¿Pensada para quién? ¿Para qué?"

La postura de Lourdes mira los hechos y deduce las causas, un análisis irreprochable. Eso no implica, sin embargo, que se resista a conjeturar lo que podría ocurrir si el impulso de acercamiento viniese del seno del propio género cuartetero:

"Entonces, me parece que la cuestión pasa por eso, no hay una necesidad ni estética, ni musical, ni de ningún tipo para que eso suceda, al menos no por ahora, y tampoco creo que por parte de los músicos del cuarteto les interese acercarse a un formato sinfónico, porque distinto sería si fuese a la inversa, que ellos quisieran reversionar sus temas, sus clásicos en un formato sinfónico, por ejemplo los músicos de la Mona, aunque obviamente que hay muchísimos cantantes más y también hoy en día mujeres. Si fuese una propuesta de ellos eso quizá haría que esto se concrete. No sé, son ideas, son puras conjeturas, creo nada más." 


Pablo Rojas (foto Facebook PR)
Pablo Rojas (foto Facebook PR)

El arte de imaginar lo fértil

A Pablo Rojas, por su parte, la cuestión le despierta la imaginación y él la deja correr para ver adónde lleva el ejercicio de pensar sobre cuarteto y posible orquestación sinfónica:

"Me parece una pregunta interesantísima, la verdad es que yo nunca me lo plantee, pero en principio te diría que sí, yo creo que todo puede ser orquestable, aunque depende del enfoque que uno le dé, sería la dirección hacia donde nos podría llevar esa aventura, ¿no?

Porque por ejemplo, pienso, si uno se enfocara más en tratar de hacer algunas versiones orquestales de cuartetos más cercanos a sus orígenes, más cercanos a la influencia del pasodoble, pienso que ahí una orquestación más similar a esto que vos analogás con las orquestas de tango podría ser factible; pero si, por ejemplo, abordáramos un repertorio un poco más cercano al tiempo, te diría, no sé, desde la inclusión de Bam Bam Miranda al conjunto de las monadas para acá, donde se provocó un cambio significativo en la sección de percusión y donde también hubo más inclusión de arreglos, de arregladores dentro de los discos de cuarteto, con composiciones que también ya tienen un grado mayor de desarrollo desde lo armónico, desde lo melódico, desde la instrumentación, creo que ahí me resulta más difícil imaginarme una orquestación sin la sección de percusión presente, no? No me refiero a la percusión orquestal, sino a la característica del cuarteto. Sí creo que ahí habría que diferenciar entre el concepto de arreglo y el concepto de orquestación, porque muchas veces lo que sucede es que cuando uno hace una orquestación, previamente hace un arreglo de esa música. O puede ser que no, que simplemente uno trate de ir jugando con los elementos que ya están presentes en la canción para orquestarlos, para trasladarlos, digamos, al orgánico de la orquesta."

Aquí, tanto Lourdes como Pablo coinciden en citar un caso que puede tomarse como testigo para ayudar tanto a la imaginación como a una experiencia concreta de fusión entre estos dos mundos musicales separados por las clases sociales y sus culturas históricas específicas.

Dice Lourdes: "Creo que la única ocasión que tuve de escuchar algo así similar, que en realidad era un quinteto de cuerdas o un cuarteto de cuerdas: no, era quinteto, porque eran contrabajo, dos violines y viola y cello, fue para la entrega de los premios Cieya que se desarrolló en el 2021 en la gala del Teatro San Martín. Este músico que tenemos aquí en Córdoba que se llama Gabriel Merlo, lo escribió específicamente para esa gala por encargo: unos arreglos de música de cuarteto típico, creo que hizo algo de la Mona, sin dudas, bueno los clásicos, los llevó a ese formato y lo fueron interpretando los distintos cantantes que estaban nominados a las a las ternas más importantes de la noche. Esa fue la única vez que yo presencié o que conozco que haya habido arreglos de ese tipo que fue una especie de homenaje al cuarteto, teniendo en cuenta la circunstancia en que estábamos, en esta casa de la cultura, en este bastión que es nuestro teatro San Martín. Entonces fue por una ocasión puntual." Esto lo refrenda Pablo: "Creo que tomando un repertorio más cercano a los autores más modernos del cuarteto, lo que se podría hacer y que de hecho creo que ya se hizo, son versiones que a lo mejor no tengan tanto la esencia del ritmo bailable de cuarteto y que a lo mejor lo lleven un poquito más hacia un arreglo que pueda tener una influencia más de otros géneros o, a lo mejor, volviéndolo un poco como una balada, es decir, hacer un arreglo que a su vez permita hacer una orquestación más rica y más variada, algo que incluso se ha hecho, recuerdo en la entrega de los premios Cieya, en la primera edición, el Gabriel Merlo había hecho algunas versiones para cuerdas, justamente como jugando con esa ambigüedad de hacer versiones de clásicos de la música cordobesa, clásicos de cuarteto pero con cuarteto de cuerdas y cantantes."


Jorge Martínez (ph Mariano Beresiartu)
Jorge Martínez (ph Mariano Beresiartu)

Una industria bien aceitada

Trasladadas las mismas cuestiones al pianista, compositor y arreglador Jorge Martínez, comienza por advertir su exterioridad al ámbito sobre el que tratan las preguntas: "En primer lugar, yo no me considero un especialista, digamos, en el sentido de que no soy un músico que esté inserto en el mundo del cuarteto. Pero hablando un poco desde afuera, lo primero que me surge es hacer notar que el cuarteto está muy asociado al baile. Es cierto que muchas otras músicas populares han nacido muy ligadas a la danza y con el correr del tiempo se fueron abriendo camino hacia la música para ser escuchada o música más de concierto. Pero tal vez en el caso del cuarteto puede ser que justamente no necesite hacerse otro espacio, ya que cuenta con un público masivo, con lugares de encuentro, grandes locaciones, toda una industria que funciona muy bien desde el punto de vista laboral. Dado lo cual, no sé si los músicos del cuarteto sienten como necesario tener que abrirse a otros espacios, a otro público o meterse con otras sonoridades. Uno tiende a creer que el hecho de ir al teatro y meterse en el mundo sinfónico es algo que te legitimiza. Pero, sinceramente, creo que el cuarteto está muy bien parado. Incluso creo que, si en algún momento los propios músicos sienten esa necesidad de buscar por otro lado, lo harán, porque la realidad es que cuentan con muchos grandes arregladores, compositores y músicos tremendos que tocan en esas bandas."

Jorge juzga como muy difícil una iniciativa en sentido diferente, que surgiese de los músicos académicos: "Llevo más o menos 20 años viviendo en Córdoba, y siempre recuerdo en esas instancias de formación escuchar y ver muchos prejuicios con respecto al cuarteto, muchos prejuicios tanto desde el ámbito académico institucional, de enseñanza, como en el ámbito erudito, sinfónico, digamos de música académica y también de otros músicos populares." Sin embargo, se refiere a algunas experiencias a ese respecto: "Por ejemplo, hace un par de años se hizo un concierto en el CCK creo que era por un aniversario del cuarteto justamente y creo que el coro municipal y la orquesta municipal hicieron un homenaje al cuarteto y tocaron varios arreglos en ese concierto, y ese tipo de conciertos quizás hace 25 años o 30 años atrás tal vez era impensado, ¿no? Así que bueno, esos límites se van corriendo. Hay que ver también por qué se van corriendo, digamos, si hay intereses económicos, o políticos atrás de eso, No sé, también me lo pregunto, pero bueno, creo que de a poco la música del cuarteto también irá ganando ese terreno, digamos, o empezará a estar en el interés de los compositores jóvenes, de los arregladores jóvenes, de los músicos académicos también en tocar esa música." Para el caso en que esto suceda, tiene Jorge Martínez una sugerencia que aportar: "Lo que sí considero importante es que, a la hora de abordar esta música nueva del cuarteto, ya sea esta música u otra música popular, es indispensable el estudio serio y la investigación, para poder representar lo más serio genuino y con coherencia. Cualquier música popular, y por supuesto también el cuarteto, merece el mismo grado de interés y de atención."

También se le ocurre, para explorar otro aspecto, un cierto parangón con el proceso dado en el folklore: "En la música folklórica existen muchos artistas muy masivos que están en todos los festivales, llevan mucha gente, tienen un gran público. Pero por debajo de ese mundo masivo hay muchas estéticas, muchas agrupaciones, muchas búsquedas de un folklore de espacios más reducidos, de un público menos masivo, por debajo de ese mundo comercial, por decirlo de alguna forma. Hay un montón de estéticas, cantautores, composiciones, compositores, instrumentistas, etc. Yo no sé si en el caso del cuarteto existe un mundo más under o quizás sea un camino a pensar si las agrupaciones de música popular que están tocando, digamos, en lugares más pequeños, fuera del ámbito grande del cuarteto, o si empezara a aparecer más en esas agrupaciones nuevas, más chicas o de nuevos cantautores, tal vez ahí se generaría una nueva manera de abordar el género, digamos, con nuevas temáticas distintas, con sonoridades distintas. Me refiero a algo muy distinto, que tal vez no necesariamente lleve al cuarteto al mundo sinfónico o al mundo del teatro o al mundo camarístico que es la idea de esta charla. Sino al hecho de que el cuarteto incorporado en estas agrupaciones más pequeñas, por ejemplo, a lo mejor deriva en otra cosa digamos. Diciendo esto, pienso, por ejemplo, hace unos años en algunas peñas, por ejemplo José Luis Aguirre incorporaba algunos cuartetos propios de su autoría o Viviana Pozzebón también, que trabajó sobre el cuarteto y grabó, o Guada Gómez también dentro de sus conciertos suele meter algún cuarteto propio, entonces quizás si se empezara a cultivar esta música dentro de los músicos populares que están fuera del mundo del baile cuartetero, tal vez ahí, no sé, se genere algo nuevo, digamos, o sea algo más diverso."


Hernán Morales (ph Camila Costamagna)
Hernán Morales (ph Camila Costamagna)

Con todo se puede experimentar

En la opinión de Hernán Morales, "Todo género da para experimentar, para romper y arreglar. Quienes deseen expresar esa voluntad de transformación podrán encontrar ahí un territorio para explorar. El tango para Piazzolla fue una plataforma desde la cual se lanzó en busca de algo nuevo, con referencias a otras músicas, mucho oficio y una tenacidad que le valió muchas peleas porque su música no era aceptada en un comienzo.

Quienes sientan el llamado a hacer esta transformación en el cuarteto habrían de conocer el género a fondo, dejar atrás los prejuicios y no temer romper su estructura hasta encontrarse con una nueva forma del arte. Por otro lado, están los aspectos poéticos de las letras de las canciones, los cuales también son un espacio desde donde expresar un llamado a la liberación de quien oye, ya sea mediante una metáfora o a partir de una historia que se cuenta.

El cuarteto, sin dudas el género más popular de Córdoba, ya ha sido motivo de orquestaciones con instrumentos clásicos. El Coro Municipal y la Orquesta de Cuerdas Municipal llevaron adelante un Homenaje a los 75 años del cuarteto a partir de canciones tradicionales del género. Por otro lado, la Banda Sinfónica de la Provincia, junto al ex Chébere Ángel 'Negro' Videla han coincidido en una presentación conjunta en 2019. Ambas experiencias se han hecho a mi criterio con oficio y equilibrio."



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