Moda Accesible como expresión de identidad
Noelia Pajón

Encontrar ropa para una persona con discapacidad no es fácil, y muchas veces desde pequeñas se empieza a notar el problema de conseguir indumentaria para ellas.
Imaginemos a una chica, Sofía, que siempre ha amado la moda y desde niña se sentaba frente al espejo de su habitación, experimentando con colores, texturas y estilos. Pero al crecer, notó algo que la inquietaba: la ropa que le gustaba no estaba diseñada para ella. Nacida con parálisis cerebral, muchas prendas eran imposibles de usar sin ayuda. La moda, ese lenguaje de identidad, parecía tener un mensaje claro: no había espacio para cuerpos como el suyo.
Durante décadas, la industria textil ha impuesto estándares rígidos de belleza y funcionalidad. La moda ha sido un reflejo de la cultura de cada época, pero también de sus exclusiones. Sin embargo, en los últimos años, la irrupción de la moda inclusiva ha comenzado a transformar este paradigma. No se trata solo de hacer ropa más accesible, sino de reivindicar el derecho a la identidad a través del vestir.
Desde tiempos antiguos, la vestimenta ha sido un símbolo de pertenencia, diferenciación y resistencia. En las sociedades indígenas, los tejidos contaban historias de linajes y cosmovisiones. En las grandes metrópolis, la moda ha sido un campo de batalla para la autoexpresión.
Para las personas con discapacidad, la ropa no solo responde a una necesidad funcional, sino que también actúa como un medio para desafiar prejuicios y afirmar su lugar en la sociedad. La posibilidad de elegir qué ponerse, de acceder a tendencias y de sentirse representado en la industria, es un acto político y cultural.
A nivel global, varios diseñadores y marcas han comprendido que la inclusión no es una moda pasajera, sino un cambio necesario.
En 2016, Tommy Hilfiger Adaptive lanzó su primera colección de ropa adaptada, con cierres magnéticos, velcros y telas elásticas que facilitan su uso. Lejos de ser una línea aislada, esta iniciativa marcó un antes y un después en la industria.

Otro caso paradigmático es Runway of Dreams, fundado por Mindy Scheier. Su hijo, quien tiene distrofia muscular, le preguntó un día por qué no podía vestir los mismos jeans que sus amigos. Ese cuestionamiento llevó a Scheier a impulsar colaboraciones con grandes marcas para crear ropa accesible sin renunciar al diseño.

En Japón, *Uneeq* ha innovado con prendas que combinan funcionalidad y estética contemporánea, mientras que en el Reino Unido, IZ Adaptive ha diseñado ropa formal ergonómica para usuarios de sillas de ruedas. Trajes y chaquetas a medida para personas sentadas, cierres magnéticos en lugar de botones y un corte único para pantalones que evita que se arruguen en una silla de ruedas.

Pero la moda inclusiva no se trata solo de prendas. La visibilidad también es clave. Modelos como Jillian Mercado, con distrofia muscular, y Madeline Stuart, con síndrome de Down, han desafiado los estereotipos de la industria, llevando la diversidad a las pasarelas internacionales.


Por su parte, en Argentina la moda accesible ha comenzado a consolidarse como una corriente dentro del diseño.
Uno de los proyectos es Handy de Miriam Nujimovic: Un Accidente Cerebrovascular (ACV), le afectó la movilidad y el habla, y se enfrentó al desafío de conseguir ropa adaptada a sus dificultades, aprender de ella y crear Handy, la primera marca de ropa argentina adaptada para personas con discapacidad.
Otro ejemplo es Sin Barreras: propone indumentaria adaptada para personas con discapacidad motriz.
Hacen remeras con cierres a los costados, camisas con un sistema de botones con imanes, zapatillas con cierres a ambos lados de la cordonera y un tipo de zapato náutico que se abre todo por completo.
Y yendo a nuestra ciudad, Córdoba, Pako Peko, que es fabricante de ropa infantil para niños, niñas, bebés y adolescentes, busca a través de sus prendas que -para leer con braille, pictogramas y lengua de señas- aprendamos a comunicarnos de diferentes formas a través de sus estampas.

En Buenos Aires, el evento Desfile Inclusivo organizado por la ONG Centro de Integración Libre y Solidario de Argentina (CILSA) tiene por objetivos concientizar a la sociedad sobre la diversidad e inclusión plena de las personas y derribar mitos y prejuicios sobre los estereotipos de belleza hegemónicos.

La Cultura de la Inclusión: Más que Ropa, una Filosofía
La moda inclusiva es más que una tendencia: es un espejo de una sociedad en transformación. La posibilidad de elegir cómo vestirse, de ver cuerpos diversos en las campañas publicitarias y de encontrar prendas adaptadas sin que sean un lujo, es parte de un cambio cultural más amplio.
Hoy, Sofía ya no siente que la moda le niega la palabra. Gracias a iniciativas de inclusión, puede elegir su ropa con libertad, experimentar con estilos y reafirmar su identidad sin barreras. La moda ya no es un espacio de exclusión, sino un lenguaje en el que todos tienen derecho a expresarse.
La verdadera revolución estética no está en seguir tendencias, sino en garantizar que todos puedan participar de ellas. Porque al final, vestirse no es solo cubrirse, sino contarle al mundo quiénes somos.
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