Lo sintomático como bandera de los artistas nerds

Hace unas semanas leíamos a un ensayista que vive en Buenos Aires plantear el sistema del arte como un campo de equilibrio casi perfecto entre la oferta y la demanda. Cuando el sistema necesita determinados posicionamientos discursivos, los artistas (y aquí incluimos curadores, críticos, docentes…) responden de manera obediente.

Como consecuencia política, los propios artistas van adaptándose a estas condiciones generando posicionamientos y recorridos plausibles que son absorbidos por la comunidad a modo de recetas de maneras y recorridos.

De todos modos, cada tanto aparece un artista o algún colectivo que "hace las cosas mal", que desobedece. Quizás (en principio) sin ánimo de rebeldía, simplemente porque en ese hacer mal, encuentran sintomáticamente sus singularidades, y sus fortalezas.

Tomemos por ejemplo el caso de Lucas Aguirre, y de Horacio French, artistas cordobeses que accionan en ese sentido.

Los pusimos pues (sobre todo porque se conocen desde hace tiempo y han trabajo juntos) a una conversación sobre sus prácticas.

Lucas Aguirre y Hora French (gentileza artistas)
Lucas Aguirre y Hora French (gentileza artistas)

Horacio French - Hoy que se habla mucho de encontrar el nicho o la comunidad apropiada donde desenvolverse, donde personalmente creo que muchos atraviesan crisis en relación a esto, ¿vos cuando te pusiste a investigar sobre este mundo de NFTs* y el crypto, viste una comunidad concreta donde dirigirte?

Lucas Aguirre - Siempre me sentí (y creo que aún me siento así) un poco afuera de todo, en los bordes del arte de galerías… el de las instituciones y la academia. Lo veía un poco limitado, y cuando me topé con el universo de los NFT, en plena pandemia, fue como pensar que allí había gente que también miraba de costado ese campo del arte que te decía, y esto generó un espacio nuevo. Todos estos nerds salen de debajo de las piedras y se juntan, ¿bajo qué? No se sabe bien, porque aún es un tanto deforme. Pero dentro de esta deformidad, sub-nichos y espacios donde reptar. Algo que está en constante transformación y tensión, las reglas van cambiando todo el tiempo, se van agregando nuevos actores y modos de hacer. Un espacio bastante más democrático y convocante que las escenas artísticas, no solo para los nerds tecnológicos sin para todos quienes se quieran acercar.


HF - Cuando yo pintaba murales, conectaba fuerte con colegas que también pintaban, pero tampoco militaba para que el arte urbano tuviera más adeptos… en tu caso en cambio, cuando te encontrás con artistas colegas, muchas veces te nace compartirles las técnicas que vos estás trabajando, como juguete nuevo… ¿por qué lo hacés? ¿Solo generosidad? ¿O hay también un deseo que el mundo virtual artístico crezca?

LA - La primera pulsión como artista fue pensarlo como con un juguete nuevo. Alrededor del 2020 cuando esto apareció surgió un deseo de decir: ¡Ey, estamos todos en la caca y aquí está esa posibilidad, de experimentar! Así que me puse a difundirlo, porque veía que gente afuera podía vivir de eso y otros que lograron hacer circular su obra desde un lugar más amable y horizontal.

Una especie de laboratorio de descubrimientos compartido. Se van generando sub-grupos en los que generosamente se comparten maneras y procedimientos de trabajo.

Cuando arrancás solo conocés cuestiones básicas, pero siempre aparece alguien que te explica como seguir. Esto se va transformando en una cadena que se va retroalimentando todo el tiempo.

Y en el caso del arte urbano, la situación es diferente, porque cuando nosotros estábamos pintando murales, (vos ya venías trabajando hace tiempo en eso) uno venía con un movimiento que ya estaba desarrollándose internacionalmente, lo del cripto fue más explosivo, y desde un lugar más under.

HF - Existe un conjunto de características en el hacer artístico que cuando están en sintonía, la obra cobra una fuerza reveladora, como en tu caso: un contenido visual que impacta, un soporte novedoso como el VR, y en un momento en el que el metaverso, con el crypto y los NFTs, llama la atención a un gran público… finalmente, ¿te sentís cómodo con eso? ¿Sentís que hay más barreras que romper?

LA - Gracias Hora por las flores que me tirás, yo no me siento cómodo nunca, es algo común entre los artistas, siempre estamos a la búsqueda de algo que no se sabe bien lo que es, y quizás también haya algo de ansiedad con los juegos de nuestros egos. Pienso por ejemplo en nuestro trabajo aquí, en este país, siempre estamos un poco a la deriva y eso deja ver dos caras; por un lado, una especie de angustia y por el otro una voluntad por la búsqueda de nuevas maneras de pensamiento y de producción.

En un momento se me ocurrió que este nuevo universo procedimental nos ofrecía herramientas para abordar la pintura desde otro lugar, y claro, también de encontrar nuevas maneras de producirlas. No para habitar lugares cómodos sino más bien conflictivos que nos tienen todo el tiempo pensando en nuevas maneras de trabajar y circular.

HF - Tu trayectoria pasó por varias instancias creativas y de investigación, como la de dibujar mucho a partir de influencias del cómic y de la ilustración, como también del arte conceptual, que hasta te hizo incluso dejar de dibujar y pintar por unos años, ¿sentís que todo eso te trajo a lo que haces hoy? Si pudieras revisar tus primeras épocas creativas, durante la adolescencia o primeros estudios universitarios… ¿hoy has vuelto a algo de eso? ¿Será una fuente creativa de la que uno siempre vuelve?

LA - Sí, pienso que de algún modo recorrí un camino extraño. Pinté y dibujé toda mi vida hasta que en un momento entré en una crisis, quizás porque le había agarrado la vuelta. Me hace acordar a algo que escuché sobre un maestro de caligrafía japonesa. Que este maestro, cuando ve que sus alumnos comienzan a trabajar con determinados tics o modos de resolución repetitivos, los manda un par de años a que se pongan a hacer jardinería, a modo de liberación de ese manierismo, y luego puede volver… depurado. En mi caso fue comenzar a experimentar desde la técnica, los materiales, por ejemplo, escultura, 3d, realidad virtual. Algo de allí salió que no conocía pero que tenía que ver conmigo, algo que encajó con este nerdeo masivo del metaverso y todas esas cuestiones. Que tienen su costado hermoso y también hediondo y horripilante.

Me está pasando que estoy pintando con fibra, que me lleva a la adolescencia, y aún más atrás, con la niñez, lo inmediato de la fibra, va de pecho. Supongo que activando algunas neuronas olvidadas y un cierto disfrute. Y sí, cruzado con este nuevo nerdeo, y dejo que pase. Como posibilidades de divertirse, y de revisitarse a uno mismo, no a modo circular sino casi como un movimiento espiralado.

Veo en tu caso que vos dibujas todos los días, me parece increíble la manera en la que estás metido en eso y que te permite ir encontrando nuevas ideas, lo voy viendo en tus dibujos. A mí me encantaría tener esa capacidad casi de gimnasio, pero no me sale, tengo que situarme entre varios quehaceres. Pero siempre, y en casi todos los casos, presente la ansiedad con la que tenemos que aprender a convivir.

Hay algo del mundo del cripto que también lo veo en tu manera de trabajar, que es "hacer" para uno mismo. Percibo eso, que lo hacés para cagarte de risa en tu casa, desde el placer, no para una galería, ni para rendirle pleitesía a instituciones ciclópeas, eternas.

Creo que hay algo ahí que es muy valioso, no estar condicionado por factores de legitimación en el campo del arte, eso me parece que nos une, el espíritu de juego, y se me ocurre que el cripto nos mostró esa posibilidad.

HF – La seguimos mañana?

LA – Dale.


*Los NFTs o tokens no fungibles (Non Fungible Token en inglés) son representaciones inequívocas de activos, tanto digitales como físicos, en la red blockchain. Usan la misma tecnología que las criptomonedas, pero al contrario que estas, no se pueden dividir ni intercambiar entre sí, aunque sí se pueden comprar y vender.



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