"La 'Editorial Subversiva (floja de papeles) de Arte Comebirom Cuello' tiene como antecedente una acción en el verano 74-75, en la temporada de Carlos Paz, donde yo me instalé en el puente y les preguntaba a los turistas si querían mandarle un dibujito o un mensajito a los familiares y amigos. Por un dólar, recuerdo.

Así fui juntando una cantidad de diseños que primero intenté reproducir en serigrafías y luego opté por imprimir en offset, en lo de Cacho, una famosa fotocopiadora en 27 y Belgrano.

Yo acuarelaba esas impresiones en blanco y negro y luego plastificaba para darle una terminación más profesional.

Le siguieron muchísimas tarjetas personales, una vez que nos instalamos con mi compañera Clot, en el Paseo de las Artes y también tarjetas de casamiento y cumpleaños.

Lo llamamos el "tallerito de 2 x 2" y me permitió en aquel momento poder dedicarme a la dirección plástica de la obra 'Cielos de agua sobre Baal' en el Teatro La Cochera y de editar mi primer libro 'A Willian W. todavía le gusta vivir en este ambiente', estamos hablando de 1987.

Luego de colaborar con la revista Filo me mudo a Buenos Aires, donde estaban creciendo las ediciones de libros infantojuveniles. Y ahí formé parte de la editorial Colihue, el Quirquincho y hasta de la revista Crisis.

Mientras tanto, seguía desarrollando mi producción independiente, en donde con el libro 'Pandora Harbord' me gané una beca como diseñador grafico en el Fondo Nacional de las Artes. Y escribí e ilustré el "1492", un librito que obtuvo varias distinciones.

Nunca me sentí cómodo trabajando para editoriales, existe en mí la necesidad de buscar nuevos formatos en la próxima producción. Un acto de rebeldía frente a la posibilidad de repetirme. Me conflictuaba que la industria editorial sea una empresa que atiende un mercado, que pueden ser los niños, los adolescentes o los adultos.

Cuando llegó la pandemia, con mi compañera Eli, con la que veníamos haciendo diseños de almanaques, afiches y otras cuestiones impresas, tuvimos la posibilidad de imprimir todas las ideas que se me habían ido acumulando.

Utilicé 5 poemas que generosamente la Tere Andruetto me había compartido y pudimos transformarlos en objetos, que van desde una caja de fósforos hasta un calidoscopio de fideos de letras, un cojín relleno con guata y peperina, un antiguo álbum de fotos y uno construido con pedacitos de papel.

Nos fue muy difícil instalarnos en las librerías. No funciona en esos espacios la posibilidad de encargar un libro. Y generalmente distribuimos uno de cada título por lo que al venderlo se quedan sin catálogo, y el aumento desmesurado de los materiales que se cotizan en dólares hizo que nuestro único espacio de venta sea a través de las redes sociales.

Pese a las dificultades, vamos a mantener este espacio porque, de alguna manera, estos 18 libros que hemos editado en estos 5 años son nuestro coto de caza, un terrenito en el Ecuador belga, nuestro bien común.

Elisabeth Barrionuevo se formó como enfermera, y ha logrado, años más tarde, trasladar esa vocación cuidadosa a una tarea muy diferente. Ella está a cargo de varias responsabilidades del proyecto editorial, que detalla de la siguiente manera:

"Mi tarea es primero escanear y/o fotografiar las imágenes que van a ser parte del libro. Luego me ocupo del diseño generalmente en A4 que es el tamaño de nuestra impresora. Hemos confeccionado un abecedario con la caligrafía del Jorge. Luego imprimo, y me encargo de encuadernar, o coser o pegar las páginas del libro, según sean las características de cada uno. Finalmente, soy la persona que está en contacto con los compradores y me encargo del cobro y el envío de los ejemplares vendidos.

El paso de su vocación y profesión anterior a su tarea actual en la Editorial Subversiva "fue un nuevo aprendizaje en el cual por suerte pude superar los obstáculos de algo que desconocía, y logré adaptarme a la tarea gracias a la paciencia del Jorge y a la voluntad de poder realizar algo en conjunto." En lo que respecta a las características de su tarea actual aclara que, si bien le da gusto realizarla, "disfruto sobre todo del momento en el que está terminado el libro, en donde me olvido de todas las dificultades que tuvo el proceso."

También ha venido cumpliendo una importante tarea de registro del trabajo de Jorge Cuello, durante la creación de objetos en diversos materiales, la ilustración de libros, o bien la pintura de amplios murales, procesos que pueden llevar varias horas o incluso días. El producto de esa paciente tarea da acompañar la labor del artista ha dado como resultado una colección documental, de sucesiones de fotos editadas cuadro a cuadro, que asumen la forma de videos y dejan testimonio del nacimiento de diversas producciones.

"El tema del registro fotográfico fue algo espontáneo, que surgió de documentar el proceso creativo de Jorge. Nunca tuve conciencia de que podía ser utilizada para contar la historia como si uno estuviera ahí. Y lo de los videítos surgieron a partir de ese acumulo de fotos y de un programa que yo tenía instalado en la compu, que permitía darles una continuidad."

Datos importantes a los que ella atiende tienen que ver con el mecanismo de venta, cómo se reciben los pedidos de libros, en cuánto tiempo se entregan esos objetos artesanales, y las formas de pago, particularmente en la proximidad de las Fiestas de fin de año.