La invasión de los Si-quiri-í (también llamados Onsovó)
(La primera acepción sugiere que hagas tu propio camino)
(La segunda, en cambio, es una indagación sobre origen o lugar)
(ambas tienen la sonoridad de lenguas africanas)
Como cronista y escritor me interesan las tensiones culturales que definen la identidad de los cordobeses fragmentada entre las aspiraciones doctorales y el flagrante desparpajo de las barriadas entregadas a "degradar" esa prosapia en el ritual de la danza, el goce y el placer. En esa búsqueda, el azar diría me puso entre manos un estudio de un grupo de investigadores de las llamadas ciencias sociales, que circula secretamente sin que se decida aun si es conveniente darlo a conocer. De esa lectura trataré de describir los aspectos más salientes del informe que hasta ahora se conoce como "La invasión de los Si-quiri-í o también llamados Onsovó".
Nos han invadido, están entre nosotros. No sabemos aún lo que quieren, pero ya se mueven en todos lados y son cientos. El informe al que he tenido acceso refiere sobre sus modos y costumbres para poder detectarlos. Es una especie muy evolucionada para nuestra cultura, por esto nos costará comprenderlos. No tienen tres ojos, ni son verdes, ni tienen cuatro brazos, como en principio se creyó. Son como nosotros o mutaron desde otra forma para infiltrarse y pasar desapercibidos. Un primer aspecto para reconocerlos es que no caminan tan erguidos como un cordobés medio, sacando pecho con mirada arrogante, se desplazan con pasitos cortos sin adelantar demasiado un pie del otro mientras las caderas parecieran buscar un centro giratorio que estaría ubicado en sus pelvis. Si aceleran el paso tenemos la sensación de que estuvieran bailando. Los investigadores sostienen aquí que ese modo de moverse proviene de una danza que según los tiempos de esa cultura tendría unos 60 o 70 años. Ese tiempo para nosotros todavía no es mensurable, podrían ser cientos de años. Esto se habría originado en el inicio mismo de los Si-quiri-í, una sociedad que habría evolucionado en el jolgorio, la diversión y el comportamiento licencioso hacia los vicios. La evolución estaría dada en el ritual del festejo permanente. Son de tez más bien oscura, pero no todos. No tendrían religión, solo adoran a un dios que baila. Los investigadores sostienen que la energía que emanan podría convertirnos en uno de ellos sin que sepamos bien cuando sucede y sin que notemos un cambio notorio en nuestros comportamientos.
Uno de los investigadores que suscribe el informe, un gran lector de Jorge Luis Borges, relaciona ciertos comportamientos de los Si-quiri-í con los Yahoos, una tribu del África Central que describe el escritor en el Informe de Brodie sobre las anotaciones del misionero escocés David Brodie que predicó la fe cristiana en el centro de África y luego en ciertas regiones selváticas del Brasil. Hay diferencias sustanciales en el lenguaje. Los Yahoos hablaban una lengua sin vocales, solo de consonantes. En cambio, los Si-quiri-í abusan de las vocales, pero le son necesarias a veces las consonantes. Los Si-quiri-í al igual que los Yahoos ignoran el uso de las oraciones. Cada palabra monosílaba corresponde a una idea general que se define por el contexto o por los visajes donde cada palabra puede tener un sentido contrario. Si bien los Si-quiri-í son una sociedad evolucionada, no tienen conciencia de que lo son. Este punto desconcierta a los investigadores sobre cuál sería el motivo para invadirnos porque tal vez ellos mismos lo ignoren. Y este es el aspecto que al parecer los emparenta con los Yahoos: la ausencia de memoria. Por ejemplo, los Yahoos hablan de los "estragos causados por una invasión de leopardos, pero no saben si ellos la vieron o sus padres o si cuentan un sueño". Al igual que los Si-quiri-í que denuestan al gobierno que ayer mismo han votado.
Según el Informe de Brodie, los Yahoos solo pueden recordar hechos que ocurrieron en la mañana o aun en la tarde anterior, una virtud o desgracia de la memoria que también se manifiesta en los Si-quiri-í.
El investigador coincide con Borges, (que hace gala de sus recuerdos literarios) en la virtud que emparenta a los Yahoos con los Si-quiri-í, que es su capacidad de previsión de lo inmediato. Los Yahoos por ejemplo, podían predecir que "en diez minutos una mosca me rozará la nuca o no tardaremos en oír el grito de un pájaro". Mientras que los Si-quiri-í pueden anticipar "esta noche tenemos baile y mañana también".
El concepto que desconcierta a Borges y también al investigador es que los hombres podamos mirar indefinidamente hacia atrás y no hacia delante. Ambos, el investigador y Borges, coinciden en que "filosóficamente, la memoria no es menos prodigiosa que la adivinación del futuro". Según Borges, la virtud intelectual de abstraer que propone esa lengua sin consonantes no los hace a los Yahoos una nación primitiva, sino degenerada (evolucionada a nuestro buen entender). Al decir de Borges es como si esta cultura hubiera olvidado el lenguaje escrito y solo le quedara el oral (la misma oralidad que reemplaza hoy a la escritura en las redes sociales).
Los investigadores no son muy optimistas sobre las consecuencias que tendría en nosotros si se imponen finalmente los invasores. Sostienen que la frágil memoria o memoria inmediata de los Si-quiri-í u Onsovó podría estar siendo utilizada ya por los estrategas de las campañas políticas. En ese sentido, describen aspectos de un spot publicitario al que han tenido acceso realizado para lanzarlo en el último día de campaña de un candidato que gobierna desde hace años con infelices resultados. En el mismo se muestra esta ciudad, como una ciudad maravillosa, pero con imágenes de la ciudad de Dubai, un paraíso moderno de la arquitectura. Presenta al candidato como un hombre humilde y sencillo recorriendo las calles en bicicleta, honesto hasta la médula, que baila en los rituales de los Si-quiri-í y besa a sus niños sin que se le note asco al hacerlo.
Especulan los investigadores que la memoria inmediata y el apego al jolgorio sería un obstáculo para que los invasores se permitan desconfiar, les impida recordar como es la ciudad en que viven y las condiciones de pobreza que padecen a diario. Según el informe, esa frágil memoria no les otorga otra cosa que la ilusión (desconocen la esperanza). De que sea verdad el mundo que se les propone.
El informe entrevé que posiblemente ya los invasores hayan ganado la batalla, si se toman en cuenta los últimos resultados electorales. Analizan que entre nosotros y los Si-quiri-í u Onsovó, en el campo de batalla no pelean los cuerpos sino la memoria. Unos, los hombres que recuerdan todo y todo lo que hacen está referido al pasado y los otros que olvidan todo y no pueden recordar más que lo inmediato, estos luchadores del presente continuo son constantes y feroces y son capaces de morir por el placer, mientras nosotros solo nos movemos tambaleantes por el peso de la conciencia y la culpa.
Finalmente, el pesimismo natural de los hombres de ciencia parece pedirle una licencia al rigor para relajarse y sugerir que nuestra única salvación ante la supremacía notoria de los invasores sería entregarnos enteros y plenamente al jolgorio y provocar así una contra invasión en los Si-quiri-í. Que el fin de esa contra invasión sea conseguir con el placer y la inmediatez, que la memoria corta solo funcione como instancia de rebelión al poder. Que la tarde de ayer que recordamos sea invadiendo los recintos donde los miserables congresales negocian nuestros sueños. Que la noche de hoy, que es lo único que podemos predecir, sea bailando frente a las lujosas casas de quienes viven de nuestro sudor, hasta enloquecerlos de miedo.
Omar Hefling
Periodista. Escritor.
Conduce actualmente el programa Ciudad sin mar, por Radio Eterogenia.
Comentarios:
- Anónimo: Excelente!
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