Judith Le Roux, curadora de Ochenta/Veinte
Visibilizar el universo femenino
Jackie Bini
La muestra de fotógrafas Ochenta/Veinte, que inauguró el 17 de marzo en la fotogalería del Paseo del Buen Pastor de la ciudad de Córdoba, cuenta con curaduría de Judith Le Roux y coordinación de Nicolás Talone. Está compuesta por obras de artistas mujeres que han publicado -o están próximas a hacerlo- en la sección fotográfica Revelad@s de Tierra Media.
El nombre Ochenta/Veinte apunta a proyectar el principio del sociólogo italiano Vilfredo Pareto -quien observó que el 80% de los efectos provienen de solo el 20% de las causas: una pequeña fracción concentra el peso de las consecuencias- al ámbito de la fotografía, y con mirada de género.
Para conocer detalles de la concepción, objetivos, desarrollo y montaje de la muestra colectiva, dialogamos con su curadora, Judith Le Roux.

¿Cómo surge la idea y el concepto de Ochenta/Veinte?
El concepto que da título a la muestra lo trae Nico y yo causalmente lo conocía por otro lado, por unos grupos de artistas con los que trabajo en Inglaterra. A raíz de la explicación del principio de Pareto, surgió como el cuerpo del desarrollo conceptual: uno era que en la sección de Revelad@s se revierte el principio que en el campo del arte es negativo (un 20/80 para la inclusión de artistas mujeres en concursos, en la historia del arte), aunque estos conceptos se están revisando y se están descubriendo en el mundo, gracias a la investigación de muchos grupos y curadoras, hay una revalorización de las mujeres artistas omitidas en la historia y sus aportes en el campo. Y por otro lado, en cuanto al texto curatorial, que fue escrito entre los dos, cada uno escribió una parte y mi aporte fue extenderme en las cuestiones de género y en las temáticas abordadas por las mujeres y de qué manera se visibiliza ese universo femenino en cuanto a representar las imágenes, su simbología, su narrativa y la enunciación de discursos a través de la creación de sus trabajos. Ya que hace más de quince años que trabajo con temáticas vinculadas al cuerpo desde mi propia obra y desde la curaduría y proyectos curatoriales vinculados al género especialmente.
¿Qué lineamientos tuviste en cuenta para la curaduría?
Los lineamientos que tuve para la curaduría, sabiendo que no partía desde cero como otras veces, sino a partir de proyectos que Nicolás había publicado en Revelad@s y otras tres artistas que le sugerí con las que había trabajado, al menos con dos de ellas, como Julia Romano, Mariana Richardet y Constanza Ruibal que me parecía importante por las temáticas de las mismas: la construcción del paisaje, violencia de género y su visibilización en un contexto político y social plagado de discursos misóginos es importante, donde se vuelve a poner en discusión la figura del femicidio y hacerlo visible, y el corpiño como prenda significativa para las mujeres, de control pero simbólica a su vez.
En función de esas artistas que sugerí a Nico, y que por supuesto él estuvo de acuerdo y ahora también está publicando en la sección y van a estar publicadas próximamente. Porque todo el trabajo que hacíamos, lo que yo sugería o lo que sugería él era muy hablado, dialogado para que estuviéramos de acuerdo.
Con todo eso que te contaba, del material que ya tenía Nico, seleccioné algunas imágenes y después sobre eso también nos juntábamos para estar en sintonía con la selección los dos y así fue.
La premisa fue seleccionar tres o cuatro imágenes o dos dependiendo de los proyectos y el material y que pudieran establecer luego un diálogo.
¿De qué manera exploraron las posibilidades de intervención que brinda el espacio público, en este caso el Buen Pastor?
A través de la decisión de imprimir los trabajos en tamaños que son visibles de todos lados del Paseo, en materiales aptos para ese lugar y que invita a ponerse en contacto, a mirar esas fotos. Me parece que si bien en algunas cuestiones limita, porque hay ciertos materiales o soportes que el espacio no admite, el Paseo del Buen Pastor está ubicado en el Barrio de Nueva Córdoba que es una extensión y continuidad del centro histórico de la ciudad de Córdoba y posibilita el acceso a las personas que no conocen la galería o no acuden habitualmente a galerías y museos de manera presencial, a que puedan vivenciar dentro del espacio público una muestra de estas características. Y creo es una de las cuestiones más importantes: acercar estos temas, que invitan a la reflexión y que atraviesa el género, a públicos tan diversos. Los circuitos donde está el público permite a estas exposiciones enfatizar y acentuar ciertos aspectos de las obras expuestas, que no solamente atrae a un nuevo público, sino que genera una experiencia estética diferente y permite que las galerías amplíen y fortalezcan su alcance. Al mismo tiempo que generan un entorno más desestructurado y acogedor que un espacio expositivo tradicional, propiciando intercambios y sinergia entre el público y las obras.
¿Fue difícil encontrar una conexión entre obras y artistas tan diversas?
Si te soy sincera, no mucho, porque pensé en plantearlo como un libro y capítulos y que cada pared fuera casi independiente de la otra y actuara como pequeñas muestras en sí mismas y como agrupadas por temáticas. El cuerpo en su desarrollo conceptual: cuerpo y los paisajes que lo habitan, cuerpo y vestido y cuerpo como objeto del delito; paisaje vinculado al mundo interior; el paisaje y su construcción; el paisaje, el ser humano y la cuestión vincular o habitar ese paisaje.
Todo esto no sé si se expresa claramente, pero creo que se intuye y es lo que, aunque no tan claro, era lo que me rondaba en la cabeza, que también en nuestras reuniones con Nico lo hablamos y fue súper consensuada y abierto al debate. Como todo lo que hicimos fue un trabajo abierto y en equipo.
El acto de inauguración fue muy convocante y emotivo. Comentános sobre el evento
En lo personal me pasaron cosas. Una es volver a trabajar con Nicolás y en equipo en un proyecto que a mí me interpela en lo particular, porque es vinculado al género y sentir que realmente estaba trabajando en equipo, sin egos mal colocados como me ha pasado en otros momentos con otras personas. Hablar como hice el otro día y que también hablara Nicolás, los dos que habíamos construido esta muestra, celebrar lo que cada uno aportaba al proyecto y visibilizarlo. Después sentí que era necesario volver a discutir ciertos temas y se dio todo de manera muy amorosa, con las artistas que estuvieron siempre presentes, incluso cuando por el tamaño y resolución de las obras se les propuso poder mostrarlas a través de bípticos y trípticos que de alguna manera rompían con la forma en que ellas lo venían haciendo y no hubo una sola observación al respecto, todo fluyo mucho, ustedes con la revista apoyando cada paso, difundiendo, el mérito de la convocatoria también es parte de ustedes.
Creo que pudimos hablar de lo que queríamos, en lo particular yo necesitaba expresar lo que conté en las preguntas anteriores sobre la coyuntura. Hubo mucha gente apoyándonos a pesar de ciertas dificultades que tuvimos en cuanto impresión, tiempos, entre otras y que gracias a todo esto que pasó se dio con un resultado muy positivo. Lo que sentí es emoción, agradecimiento por poder hacer estas cosas a pesar del contexto.
¿Cómo ves la situación de la fotografía en general en épocas de IA?
Tengo una posición más o menos tomada que puede ir variando conforme vea cómo se desarrolla esto y sus alcances. Creo que es importante tener en claro que es una herramienta más que agiliza algunas cuestiones como en el caso de herramientas generativas que están en programas como Photoshop, que es uno de los que usamos.
Me parece diferenciador aquellos artistas o fotógrafos formados y con trayectoria de haber hechos cosas antes y tener una obra que los sostiene.
Distinto a los devenidos en ia "artistas" porque escriben tres prompts.
Aunque algunos eviten abordar el tema del copyright en relación con las imágenes utilizadas como datos de entrenamiento en estos programas, es necesario reflexionar sobre qué sucede con esas obras que pertenecen a otros creadores que son parte de sus propios procesos personales y de lo que los constituye como artistas y que forman parte de su legado, que forma parte de un acervo cultural para la humanidad.
Sí conozco artistas y grupos que están viendo esto y tratando de rastrear de dónde vienen con otros programas, no acá en Argentina, pero sí en otros países.
Lo importante para quienes se dedican al arte es no volverse dependientes de estos recursos al punto de perder control sobre su propio proceso creativo. No se puede delegar el pensamiento en una máquina sin conocer qué resultados se obtendrán. Quienes decidan emplear estas herramientas deben hacerlo con un enfoque consciente, manteniendo un proyecto definido y evitando asumirlas como cajas negras de las que simplemente extraen contenido sin cuestionamiento. Como decía Jauretche: "No se trata de cambiar de correa sino de dejar de ser perro", y esta reflexión aplica perfectamente en este contexto.
El foco debe estar puesto en investigar, en tomar decisiones informadas sobre si incorporar o no estas tecnologías, en no dejarse arrastrar por las modas pasajeras. Es esencial continuar con el propio camino artístico y, en caso de emplearlas, hacerlo con una actitud crítica. Aun cuando desconocemos los límites de este fenómeno, es necesario formular interrogantes: ¿Quiénes están detrás de la creación de estas imágenes? ¿Cuál es su propósito? ¿Qué tipos de representaciones se generan con estas tecnologías? ¿De dónde provienen las referencias visuales que alimentan estos programas? ¿Existen sesgos en el material utilizado? ¿Quién define esos parámetros?
Es primordial como artistas tener discursos conscientes y concientizantes sobre esto y saber dónde estamos parados, qué decimos y cómo, a través de las imágenes que producimos.
Una invitación para que visiten la muestra.
Es importante que el público pueda visitar la muestra, se van a encontrar con un recorte con artistas de Córdoba o que habitan la ciudad, con distintas obras vinculadas a la temática de género, en un contexto de espacio público que invita a la interacción y a la reflexión.
¿Qué es Ochenta/Veinte para vos?
Ochenta veinte para mi es pensar sobre los procesos que se dan en el campo del arte en general desde el plano educativo, y en distintos ámbitos relacionados a lo creativo y qué mecanismos están presentes en la visibilización de las artistas mujeres y cuáles lo omiten. En este caso, como decía en preguntas anteriores, es como una buena inversión de una situación que sucede y que está en vías de ir revirtiéndose poco a poco como parte de procesos sociales que luchan por la igualdad también en el arte, de parte de las mujeres y de la igualdad de género, que no va a ser ya, son procesos que, aunque aparentemente esté zanjado, hay muchas cuestiones que subyacen en las esferas invisibles de estas situaciones y que sostienen cuestiones de desigualdad. Dicen que los cambios verdaderos sociales se dan entre cincuenta y cien años, o sea falta mucho camino por andar para que sea sólido, esperemos que algo podamos ver.
Galería Inauguración
(autoría: artistas que participan en la muestra)
En Ochenta/Veinte exponen sus obras las fotógrafas: Ayelén Koopmann, Carla Valenzuela, Candelaria Luján, Constanza Ruibal, Dulce Delía, Estefi Brussa, Gretel Martínez, Judith Le Roux, Julia Romano, Mai Salcedo, Mariana Richardet, Natalia Mónaco, Natalia Roca, Noelia Vidal, Pati Caro, Vanesa Maigua.
Están previstas actividades asociadas a la muestra, que puede visitarse hasta el 11 de mayo, en la Fotogalería del Paseo del Buen Pastor (Av. Hipólito Yrigoyen 325, Córdoba), con entrada libre y gratuita.
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