Jorge Washington Abalos

Regionalismo universal

Jackie Bini

Jorge Washington Ábalos fue maestro rural en el monte santiagueño en los años '30, y logró proyectar en obras literarias su experiencia y el contacto con niños hablantes de quichua, preservando la emoción de esa enseñanza que a la vez fue aprendizaje. Su libro "Shunko" fue traducido a varios idiomas, llevado al cine y recomendado como material de lectura para miles de estudiantes en las escuelas argentinas. Y fue también un científico dedicado al estudio y a la acción en la lucha contra las picaduras de animales venenosos en entornos humanos vulnerables, empeño que lo llevó desde el trabajo en los escenarios rurales hasta la investigación en la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, y a fundar institutos especializados en la producción de sueros contra las picaduras letales. Jorge W. Ábalos había nacido fortuitamente en La Plata, el 20 de septiembre de 1915, y falleció en Córdoba, donde fue profesor de la Universidad y director de Centro de Zoología Aplicada, el 28 de septiembre de 1979.

Docente, escritor, científico. Más allá de todas las contribuciones que hizo Jorge W. Ábalos en el campo de la zoología (entre las que se incluyen, por ejemplo, la creación del Instituto de Animales Venenosos en Santiago del Estero que lleva su nombre, y el Serpentario en el Zoo de Córdoba), no se puede dejar de mencionar que este maestro rural se hizo conocido en forma masiva a través de su faceta de escritor. Su obra literaria más valorada mundialmente es "Shunko", una novela clásica de la literatura argentina que se publicó en 1949, prologada por el Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias y que, con los años, fue traducida a varios idiomas, con decenas de ediciones, llevada al cine e incluso adaptada a la radio. Es Asturias quien describe: "¿Es el niño? ¿Es el paisaje? ¿Es el ambiente? ¿Qué es lo que nos seduce en esta novela? Niño, paisaje y ambiente son inseparables. Sencillez y hondura de la naturaleza que lo rodea. Descripción precisa, detallada, de miniaturista. Y en contraste con esos mínimos detalles, la fuerza inmanente de la tierra quemada, sedienta, donde las cácteas ponen su verdor azulado, las aves metálicas su presencia dormida y los pájaros su alegría saltarina, huidiza, y sus gorjeos. Aguafuerte apretada. Trazos. Simples trazos. Los necesarios para fijar la emoción. Sin desperdicios de palabras. Idioma castigado del que se castiga escribiendo. Todo esto hemos pensado al leer Shunko, la novela de Jorge W. Ábalos…".

En 1958, "Shunko" fue adaptada a guion de cine por el escritor paraguayo Roa Bastos y la película marcó el debut en la dirección del actor chileno Lautaro Murúa, quien encabezó el elenco junto con el niño Ángel Greco (en el papel de Shunko). Fue musicalizada por Waldo de los Ríos. En 1995 fue elegida por la UNESCO para participar en las celebraciones del centenario del cine, que se llevaron a cabo en París. Así es como esta aventura cinematográfica entrañable, que nació en la inspiración de don Jorge Washington Ábalos, está considerada, actualmente, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Además de "Shunko", Ábalos escribió varias otras obras: "Cuentos con y sin víboras" (1942), "Animales, leyendas y coplas" (1953), "Norte pencoso"(1964), "Terciopelo, la cazadora negra"(1971), "Coplero popular"(1973), "Shalacos"(1976), "Don Agamenón y Don Velmiro"(1977), "La viuda negra"(1978), "Andanzas de Jabutí, la tortuguita" (1979), "Coshmi y otros textos" (editado en 2013 por Fundación Cultural Santiago del Estero), completan la producción literaria del autor.

Jorge Washington Ábalos se recibió de maestro a los 18 años y comenzó a enseñar en las escuelas rurales del bosque chaqueño de Santiago del Estero, donde se vinculó con las comunidades quichuas y aprendió su lengua para poder comunicarse con sus alumnos y alumnas. Allí recibe el apodo de "maestro bichero" debido a la preocupación de Ábalos por identificar y analizar enfermedades y animales tóxicos de la provincia. En este contexto, el docente colaboró con las investigaciones del médico Salvador Mazza y, luego, con el Premio Nobel Dr. Bernardo Houssay.

Está considerado el primer escorpionólogo de Argentina. En 1943 se convertiría en entomólogo del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional de Tucumán, institución que en 1950 lo nombró Doctor Honoris Causa. Años más tarde, recibiría la misma distinción por parte de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Fue ganador de la Beca Guggenheim en Ciencias Naturales, América Latina y Caribe y en 1976 ingresa a la Academia Nacional de Ciencias.

La obra de Ábalos sigue su camino, independiente, imprevisible, enorme. En 2013 la Fundación Cultural Santiago del Estero editó una colección con sus textos completos, para ser donados a escuelas y bibliotecas populares de todo el país. Y en 2015 el Canal Encuentro incluyó, en su ciclo Santiagueños, un capítulo especial que revisa en detalle vida y legado del "maestro bichero". Precisamente es en 2015 que se conmemoró el Centenario de su nacimiento, y a manera de homenaje la Feria del libro de Santiago del Estero llevó su nombre y otras Ferias nacionales, como la de Córdoba, dispusieron de mesas para difundir y debatir sobre su obra.

Hace unos años, el Gobierno de Santiago del Estero declaró al 28 de septiembre, fecha en que se conmemora el fallecimiento de Jorge W. Abalos, como Día del Maestro Rural.

Galería
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Material Complementario:

Sitio oficial de Jorge W. Ábalos:

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Enlaces de interés:

Obra Literaria:

Jorge Washington Ábalos posee 12 libros publicados hasta la fecha. También existen otros textos inéditos y muchas recopilaciones que contienen varias de sus obras. El listado a continuación refleja su producción literaria en orden cronológico.

Cuentos con y sin víboras (1942)
Shunko (1949)
Animales, Leyendas y Coplas (1953)
Norte Pencoso (1964)
Terciopelo, la cazadora negra (1971)
Coplero popular (1973)
Don Agamenón y don Velmiro (1973)
Shalacos (1975)
La viuda negra (1978)
Iván Recik y otros cuentos (1978)
Andanzas de Jabutí, la tortuguita (1980)
Coshmi y otros textos (editada en 2013)

Obra científica:

Romaña, C. & Abalos, J.W. 1948. Latrodectus mactans; su combate. An. Inst.. Med. Regional (Tucumán), 2(2):153-161.

Abalos J.W., 1949. Cuáles son los animales venenosos de la Argentina. Tucumán, pp. 1-23. Abalos, J.W. 1953. El género Zabius Thorell, 1894 (Buthidae, Scorpiones). An. Inst. Med. Reg., 3(3):349-356.

Abalos, J.W. 1959. Scorpionida. I Jorn. Entomoepid. Arg., 2:591-593.

Abalos, J.W. 1963. Scorpions of Argentina. En: Keegan, H.L. & W.V. MacFarlane (eds.), Venomous and poisonous animals and noxious plants of the Pacific region, pp. 111-117. Pergamon Press.

Pirosky, I. & Abalos, J.W. 1963. Spiders Latrodectus in Argentina. En: Keegan, H.L. & W.V. MacFarlane (eds.), Venomous and poisonous animals and noxious plants of the Pacific region, pp. 137-140. Pergamon Press.

Abalos, J.W. 1980. Las arañas del género Latrodectus en la Argentina. Revta Mus. La Plata, Obra del Centenario, 6:29-51.

Divulgación científica:

Ábalos, J.W. ¿Qué sabe usted de víboras? (libro de información). Buenos Aires, Eudeba, 1964. Colección Libros del Caminante.

Ábalos, J.W. Zoología (enseñanza secundaria). Buenos Aires, Editorial Losada, 1964.

Programa especial emitido por Canal Encuentro, Argentina

Vida y Obra de Jorge W. Abalos



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Comentarios:

- Marta: No hay forma de que la memoria deje de abrazarlo. Más allá de su inmedible aporte a la cultura y a la ciencia, fue -y es, ¿Quién puede atreverse a decir que ya no es?- uno de esos seres humanos que te hacen sentir la cercanía de su alma. Tenia 17 años cuando lo conocí. Lo vi esa sola vez en mi vida. Hizo más que recibir amablemente a esa adolescente desorientada. Demostró tal humildad y empatía que me tatuó en mi condición humana los pasos a seguir por el resto de la vida. Me quedo corta. Solo con ver su mirada profunda y dispuesta en sus fotografías sabés que te quedás corta. Gracias, Jackie, por reparar eso, con esta nota abrasadora.

- Luis Eliseo Altamira: Tantas cosas, tanta vida, yo, por lo menos, nací un 20 de septiembre también, enterarme que Gabriel lleva el nombre de su abuelo, que es el más chico de los tres hermanos varones - hijos de Jorge Washington, un escritor que también fue maestro y se ocupó de contrarrestar el mortal veneno de víboras y arañas

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