Te vi balconear Pilcher, finalmente
Leer Primera Parte: Jorge B. Pilcher, un inglés andado y desandado
Leer Segunda Parte: En las sierras, en las calles, no hablan de ti, Pilcher
Cristina Boixadós
Luego de 10 años de seguirte el rastro a la mejor manera detectivesca, de reanudar tus caminos, tus lugares fotografiados, te presenté en sociedad dándote el lugar que te merecías como fotógrafo. Un 6 de junio de 2018 renacías en un libro que llevó tres años de conciliábulos con editores y curadores porteños quienes se atribuyen, por lo general, el conocimiento topográfico e histórico de todas las provincias. Con ellos acorté textos y seleccioné imágenes para responder a cláusulas de una edición clásica. Yo quería que estuvieras en el escalafón de los fotógrafos jerarquizados por "saberes especializados y centralizados". Dentro de los volúmenes publicados por Antorcha, eres el único fotógrafo del centro del país y el de una provincia de la cual no había mucho para mostrar. En la Capital Federal te confundían con Christiano Junior, hasta que yo empecé a nombrarte. Otra vez, negado Pilcher. Siempre "debajo de la cama", en vez de "estar arriba del ropero".
Sin embargo, hay que mirar para arriba para ver una parte de tu obra en los plafones del Salón de los Acuerdos de la casa Matriz del Banco Provincial de Córdoba. Ocho de tus fotografías fueron modelo para un pintor, aún no reconocido, que ornamentó ese espacio.(1)
La presentación del libro fue a sala llena, mejor dicho, un hall y escaleras repletas de gente, sentada y parada. Las puertas no dejaban de batir para dar paso a la fiesta de tu aparición. Hacía frío, pero el clima interior estaba encendido para darte la bienvenida, por lo menos en la ciudad donde te esforzaste para representar los paisajes de la modernidad.
El libro fue declarado de Interés Cultural por el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, por decreto L0640 del 3 de mayo de 2018. Por su parte, la Legislatura de la Provincia de Córdoba, declaró su beneplácito por la presentación de este libro (6 de junio de 2018). No me puedo quejar, llegaste. Pero la peleamos mucho, no te dejé solo.
Luego, en noviembre te vi balconear en el lugar justo, justo allí donde nadie te hubiera imaginado, en la casa construida por un comerciante alemán, que se perdió también como vos. En Córdoba, el apellido de un profesional médico da más lustre a la mansión construida con planos franceses por Juan Kegeler.
Estabas en el lugar preciso, en el Museo Provincial de Fotografía, al fin te habían dejado entrar por la puerta grande de esa casa que lleva el nombre de Palacio Dionisi, nombre que solo entienden los cordobeses.
Fue tal mi emoción que desde el colectivo que me llevaba al Centro de Documentación Audiovisual de la Universidad Nacional de Córdoba, saqué una foto con el celular y compartí al instante ese instante con la gente que me había acompañado en esta investigación. Una foto captada en movimiento, a pura emoción.
Habíamos curado con Malvina González Lanfir a pedido de la Directora de ese Museo, Natalia Mónaco, una muestra que denominamos Temprana, porque eran tempranas tus fotos para la modernidad, porque mostrabas una ciudad en transición y hacías hincapié en los iconos del progreso: puentes, chimeneas, estaciones de trenes; porque eran las primeras y únicas imágenes que se conocen hasta ahora.
Y las emociones se comparten, y por eso fue hermoso estar en las tantas charlas a pie de obra que organizó el Museo para hacerte conocer, para contar tus andanzas de inglés andariego, audaz. Cada charla era volver a caminar contigo tu derrotero.
Ya hace seis años que publiqué ese libro Imágenes de Córdoba, Fotografías de Jorge B. Pilcher, 1870 -1890, editado por Ediciones de la Antorcha y no puedo cerrar esta investigación. Estás siempre, siempre escondido, siempre sorprendiendo.
En las Revistas Ciencia Hoy, Fotomundo, Desterradas, Lugares, etc. se habló de ti y se mostraron imágenes, como así también en los periódicos El Puntal de Villa María, Diario Alfil, y fuiste motivo de notas televisivas y radiales. A partir de ahí te estamparon en tesis y artículos, te replicaron en las redes, mientras yo mostraba tu hacer y andaba en charlas, por ejemplo: en la Biblioteca Sarmiento de Jesús María, en el Centro de Estudios Fotográficos (CEF), en el Facultad de Arquitectura y Diseño Industrial, en la Universidad Católica, en el Espacio Cultural El Aleph, en Centro Cultural de San Francisco, en la Universidad de San Luis. Estás en los anaqueles de distintos archivos y museos de la provincia, y de otras: Santiago del Estero, Capital Federal, Montevideo y habrás viajado en cientos de valijas como suvenir de esta provincia.
Estas también en la biblioteca de la Escuela Bartolomé Mitre de Villa Nueva, porque entre tus fotografías hay una, cuyo pie de foto dice: "Inauguración de la escuela Normal de Niñas, Villa Nueva, noviembre 4 de 1888". Para la fiesta asistió el gobernador Marcos N. Juárez, el que se distingue por su gran porte, de traje negro, delante de la ventana de la derecha.
Tu desandar fue colectivo, no estuve sola. Tuve varios lazarillos y acompañantes – como ya dije- en esta labor de rescate, y eso fue la experiencia más gratificante en estos años: el sentir el entusiasmo de mayores y jóvenes caminando palmo a palmo, la predisposición de periodistas, archiveros, bibliotecarios, museólogos, historiadores, fotógrafos, coleccionistas y memoriosos para colaborar con información, datos y hasta objetos provenientes de tus manos, como tu diccionario que debiste usar para aclimatarte a estas tierras.
¡Y ahora si me saco el sombrero!!
(1) El ojo detectivesco de la arquitecta Mariana Eguia, la cámara de Juan Palo Ravasi y la obra de restauración de Alicia Beltramino, entre andamios y cinceles, hicieron posible corroborar la presencia de Pilcher, arriba, en los techos del Banco cordobés.
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Comentarios:
- Mariana Eguia: Puahhhh. No me siento Poirot, pero siempre será un gusto encontrarnos en la lupa mirando a Pilcher.
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