Hubo 45 días del año 2023

Continuación de Hubo 15 días del año 2022

En el año 2023 los destinatarios de mis "cartas demoradas en el mar" regresaron a Aranno, el pueblo de Malcantone (Ticino, Suiza) desde donde tres hermanos emigraron para hacer la América en 1869. Ahora, sus rostros y sus palabras están enclavadas en la quebrada del rio Magliasina. Allí, se muestran en su cotidianeidad de un siglo atrás, en el maglio (molino) donde su padre, Giuseppe Righetti, moldeaba el hierro con la fuerza del río y la de su propio cuerpo.

Con la intensidad de esa fuerza me vuelven a interpelar ahora que los contemplo en una dimensión casi humana, en paneles sujetos en andamios, indestructibles al clima y, sobre todo, a los vaivenes de su procedencia. Ya están a salvo, seguirán nuevas rutas, llegarán a Berna, quizá a Córdoba y a Rosario. Una vez más la magia y la potencia de estas fotografías condensan la intimidad del vivir entre dos tierras. Porque esos rostros dicen de extrañezas, de afectos, de tristezas, en definitiva, de su pasar por la vida.


Palazzo de Santiago y Elvira Pelli de Righetti en las afueras de Aranno, camino a Cademario, ca. 1900. Obsérvese las cestas que llevan las niñas de la izquierda, llamadas gerlas.
Palazzo de Santiago y Elvira Pelli de Righetti en las afueras de Aranno, camino a Cademario, ca. 1900. Obsérvese las cestas que llevan las niñas de la izquierda, llamadas gerlas.

Allí, en esos 45 días, pude ver las cámaras de Pedro, con las que fotografió el puerto de Rosario, con las que se entrometió en cada escena familiar y en los talleres que crearon, hacederos del yeso y del hierro. Pedro fue el artífice de capturar tanta extrañeza y quien eligió las escenas para perpetuarlas en rectángulos de vidrio. Estas antiguas cámaras fotográficas se guardan ahora en el Museo de Curio.Me entero allí que Josefina, nacida en Rosario, criada en Córdoba, adulta en Suiza con siete hijos, extrañaba ese pedacito de cielo cordobés de la calle Salta y pudo en parte, canalizar su melancolía en la pintura de acuarelas. Su nieto suizo, Giorgio Boffa, me dice al respecto: "Siempre me llamó la atención que tuviera cierta nostalgia por la Argentina. Decía que allí la Mujer era tratada más como Señora, y no tenía que ocuparse mucho de las tareas del hogar, sino que podía dedicarse al bordado o a la pintura"Otro nieto, Adriano, remarca: "Aquí las mujeres eran las que cargaban la gerla (cesta hecha de mimbre en forma de mochila) donde trasladaban la leña, el carbón, los frutos de los campos, como las castañas y los hongos".

En estos días leo en documentos de la comuna que, por resolución municipal del 17 de febrero de 1869, Teodoro Righetti, curador de los menores de su hermano finado, acuerda la anuencia de hacer un préstamo de 800 francos "que servirá para hacer el viaje y andar en América a los hijos del difunto Giussepe".

Allí también, pude leer la dedicatoria que escribió Pedro en el respaldar del lecho donde falleció de tuberculosis, su mujer Victorina. Lo escribió con lápiz indeleble, para que sus descendientes sepan de su amor perdurable. 

Me entero allí que cuando Américo vino a cerrar puertas, a cancelar compromisos en 1926, se paseaba como un gentleman por Mar del Plata fotografiado en una silueta por Mateo Bonnin, el fotógrafo más prestigioso, quizá, de esa ciudad balnearia.


Fotografía de Americo Righetti en formato silueta, tomada por Mateo Bonnin, en Mar del Plata, 1926
Fotografía de Americo Righetti en formato silueta, tomada por Mateo Bonnin, en Mar del Plata, 1926

Allí, su nieto me cuenta que recuerda a su abuelo Américo, como un hombre duro, autoritario, severo, que no jugaba con ellos. Qué de sus viajes a la Argentina regresaba con boleadoras, mates y ponchos que están todavía en la casa de Paolo, como souvenirs del pasado de esta familia.

También en estos días accedí al palazzo (casa suntuosa) que había construido Santiago en Aranno y que allí, en un cuarto del último piso, se depositaron lo que se pudo trasladar de la casa rosarina cuando se disolvió la fundición de hierro. Los niños, ahora de 60 años, se escondían en esa habitación, maravillados con estos objetos extraños y entrañables para Albertina y Américo.

Allí tomo conciencia que sus mujeres dejaron todo atrás de ellos, que hicieron de todo para conquistar este pedacito de América y a sus hombres y que luego sus hijos se dispersaron entre Argentina y Suiza.

Hombres y mujeres que vinieron para hacer la América, unos lo lograron, otros se subieron a los barcos varias veces para estar allí y aquí, otros se aquerenciaron, pero siempre escribieron. Escribían cartas y cartolinas.

Las imágenes van y vienen tanto como sus protagonistas, tratando de ser de allí y de aquí. Los negativos de vidrios anduvieron de Rosario a Córdoba, de la vereda de la calle Salta a depósitos abandonados del Ferrocarril Mitre, a un garaje de una casa de Alta Gracia. Y ahora están en la Biblioteca de Filosofía y Psicología de la Univ. Nacional de Córdoba y en el Museo de Curio del Malcantone

Allí, en estos 45 días, las 100 placas donadas por Paolo en el 2022, se reunieron con otros 500 negativos resguardados por Adriano Comazzi, el nieto de Josefina quien, gracias a nuestra estadía, a la exposición y al libro que presenté el 30 de septiembre de 2023, decidió donarlos a este Museo.

Y América sigue siendo ancha y ajena. Y es tan largo el olvido, que todavía los descendientes de aquellos emigrantes, esperan noticias desde aquí.

¡Cómo duele el océano aún! El Atlántico está colmado de cartas que no llegan. Las olas refriegan las cartas y el olvido.

Pero los hermanos Righetti no están solos en el maglio de Malcantone porque algunos fotografiaron, todos escribieron, otros guardaron.

Cristina Boixadós

15 de noviembre 2023


La intimidad del desarraigo. Entre la magia de la fotografía y las palabras es el resultado de años de investigar una colección de 600 fotografías de fines del siglo XIX y principios del siglo XX y de doce días del año 2022 examinando documentos resguardados por los descendientes de Santiago Righetti (1847- 1908) en la casa de Aranno (Ticino). En venta directa a través de la autora al celular 3515332787 o en La Librería, Juan A. Lavalleja 29 (Córdoba).



Descargá la nota:


Comentarios:

- Chela Rigoni:  Muy interesante acompañarte en esa reconstrucción de una historia familiar, muy interesante su aporte a Córdoba a Rosario...y vos cien años vas después... tras sus pasos

- Mariana Eguia: Hermosa historia. Complementa las aventuras encontradas en el libro recién editado de Boixadós. Felicitaciones.

Silvia Piedracueva:  Leer a Cristina Boixados es adentrarse en un mundo de sentimientos, de asombros, de recuerdos, es volver a ser niños de su mano, uno siente que están aquí, que podría preguntarles a los Righetti todo lo deseamos. Gracias Cristina por tanto.

Silvia Fois:  Cristina tu pasión por la investigación a través de las fotografías como documentos históricos contagia las ganas de tejer esas redes que hilvanas con paciencia sabiduría y amor. Gracias por eso

Silvia Graciela Fois:  Hubo un tiempo de pasiones que crearon huellas en la historia colectiva y personal gracias a Cristina. Por si inclaudicable tarea de investigar y hacer historia. Gracias por esa pasión ejemplar que ilumina el camino de muchos y el mío en particular. Un orgullo que seas quien sos y encontrarte en mi camino. Enriqueciendo siempre y compartiendo la alegría de tu hacer incansable. Te quiero

- Lucía Riera: Cristina, hermosas tus palabras desde tu sentir siempre atinado. Gracias por hacerme parte de esta aventura, gracias por la magia que nos convoca, por más viajes, por más películas, por más vida, por más risas y melancolía. Te quiero mucho

Dejá tu comentario: