Horacio López Orellano: Trayectos de vida

10.10.2024

Horacio López das Eiras

"Pintaba para futbolista y me atrapó el bichito del teatro"

Horacio López y su otro yo, el "Negrazón", personaje  que encarnó en los años '80 en una obra que hizo furor en  la provincia y el país: "Hortensia se divierte".  A la derecha el de retrato de su madre, Carmen Orellano.
Horacio López y su otro yo, el "Negrazón", personaje que encarnó en los años '80 en una obra que hizo furor en la provincia y el país: "Hortensia se divierte". A la derecha el de retrato de su madre, Carmen Orellano.


Aquel joven actor del Instituto Goethe y el posterior "Negrazón" de la "Hortensia se divierte"

Con los 78 años luce vital, memorioso y tan "verbal" como siempre. No duerme la siesta para estudiar el libreto de la obra que prepara con su colega y amigo "Toto" López. Y no se pierde marcha en reclamo por los derechos de los jubilados atacados por la maldita poda de motosierras.

La obra en ciernes se titula "Se viene, se viene", un diálogo que trae al presente la obra de Juan Bialet Massé, el hombre que levantó junto a Carlos Cassafouth la muralla del Dique San Roque. "Hago de un periodista moderno que entrevista e interpela a este controvertido y admirable personaje; 'El Toto' es Bialet".

Horacio López es un cordobés con un pasado florido y glorioso. (Y no solo por ser fiel hincha de la Gloria de Alta Córdoba).

Pudo ser futbolista por sus dotes de mediocampista; pudo vivir de la música como percusionista; pero un día pasó por el viejo Instituto Goethe, vio "luces" y se hizo animal de teatro. Luego será el "Negrazón" en "Hortensia se divierte", aquella obra cumbre que prolongó en la escena teatral el invento de "Negrazón y Chaveta" (N & Ch). Dos "valorazos" salidos del sensible ingenio de Humberto Pío Cognini,  padre de la biblia cordobesa "menos seria del mundo".

Su atención: El derrotero de H. López merecería un libro de varias páginas y capítulos. Hasta que él lo decida, vaya la siguiente muestra/charla como virtual anticipo. (Por acuerdo mutuo de ambos Horacios López, el trato convenido será de "usted a usted").

Horacio, ¿quiénes lo trajeron al mundo y en qué época?

Me trajeron la señora Carmen Orellano y el señor Horacio López, que están ahí, mírelos, observando esta charla desde sus respectivos retratos. Fue en el año 1946, más precisamente el 21 de julio. Fui el primero- y a la postre el único hijo- de un papá radical y una mamá peronista…

"…Y tuvieron un hijito ¡de "la Gloria" y socialista! (disculpe la licencia). ¿Qué actividad desarrollaba este matrimonio de unidad nacional?

Mi vieja era modista, modista de sombreros, sombreros hermosos; y mi papá era empleado público, trabajó mucho tiempo en el Consejo profesional de Ingeniería y Arquitectura donde se jubiló.

¿Dónde residían en sus primeros años de vida?

Cuando nació "este humilde negrito" vivíamos en Paraná 465 y a los pocos años nos fuimos a la vuelta, Rondeau 487. Mi ciclo en Nueva Córdoba abarcó niñez, adolescencia y adultez, como hasta los 35 años estuve.

¿Colegio primario y colegio secundario?

(Disculpe mi amigo ¿Esto es una entrevista o un sumario policial?). El primero en el San Buenaventura – Ituzaingó y Corrientes- cuyos fondos se tocaban con el colegio Inmaculada. Eran de los Franciscanos. El secundario lo hice en el Deán Funes cuando le decían "La Chacra" (Rondeau e Ituzaingó); el cuarto año se hacía en una casona de la calle Independencia y el quinto año al lado de la Romagosa dónde ahora hay un ENET.

¿Qué postal puede describirnos de aquella docta de su primera juventud?

¡La vecindad! Mi viejo venía del laburo, cenábamos y después se sacaban sillones a la vereda y yo iba a jugar con mis amigos en la esquina y mis viejos dele charlar con los vecinos. Es una postal que tengo marcada. Cuando paso por el lugar se me "pianta un lagrimón" porque todavía hay casas de aquella época. Eran casitas de una planta, el que tenía dos estaba en un nivel más elevado.

Digamos que prevalecía un alma pueblerina.

Alma de barrio… ¡El carnaval! A la vuelta –en Salguero y "Rondó"- estaba la bomba donde los bomberos enganchaban la manguera. En carnaval no se salvaba nadie. Conocido o amigo que pasaba, lo agarrábamos y lo llevábamos a la bomba y encima lo pintábamos. ¿Sabe quiénes vivían por ahí cuando eran estudiantes? Carlos Saúl y Eduardo Menem, no sé si le suenan… era una "zona muy árabe". Cuando fuimos a La Rioja con Hortensia le recordé a Menem de nuestra vecindad.

Saltamos de tema. Hace 35 años que reside en la avenida Talleres a 10 cuadras de la Boutique, pero todo el mundo sabe que usted es de Instituto ¿Gracias a quién?

¡A mi viejo! Él me llevó de la mano a ver la Gloria con 7 años, cuando solo tenía la tribuna grande sobre la calle Jujuy y en la punta estaban los bordos. Y detrás de esos bordos, con el tiempo, cuando la cancha se corrió quedaron unos vestuarios viejos y a esos vestuarios vino a vivir un crédito de Bell Ville y de quien se decía que se iba a cansar de hacer goles: Hugo Curioni, que vino con la mujer, su hijo chiquito y la suegra….el Hugo Curioni…

Pero en su época de pibe, ¿Quién era su referente/ ídolo?

El Aldo Carassai, un villamariense que tuve el gusto de reencontrarme en una gira con el teatro por Villa María, un goleador de la pm. Yo lo adoraba, siempre decía ¡ahí vienen los goles, ahí vienen los goles del Aldo! Y como te decía, durante un asado en Villa María lo hicieron venir de incógnito porque sabían que era mi ídolo…me dijeron dese vuelta Horacio y estaba el Aldo Carassai ¡Me largué a llorar y ya era grande!

Me ha contado que jugaba mucho al fútbol en esa época

¡Todo el día! Y permítame…no quisiera hacerme autobombo pero es la realidad…

Dígalo sin tapujos

Era muy buen jugador de fútbol. Jugaba de "8" o de "5" pero jugaba muy bien. Hasta que un día le dicen a mi viejo, oiga López, vaya pensando en el pibe eh, que va a pedir primera en cualquier momento. Y yo jugaba con mi barra de Nueva Córdoba en la cancha de "la liona" en el Parque Sarmiento… ¡Unos "partidones"! con los negros de Villa Revol, del barrio Chino, hasta la noche…pero qué pasó en ese interín…

Usted dirá

Yo era amigo de un pibe más grande que tocaba la batería de un conjunto llamado los "Teen Agers". Hablo de Julito Rampoldi, un "batero" de la pm un loco del jazz. Con él me empiezo a meter en la música y a conocer a los compañeros del conjunto. Los "Teen Agers" batían récord en todos lados, habían grabado en Buenos Aires y los cinco eran cordobeses. Pioneros del rock, había un tema que cantaba todo Córdoba… "Tus bonitos ojos azules son los que me tienen por ti loco de amor…"

¿Dónde actuaba esta banda?

Por ejemplo en la confitería Oriental de la calle 9 de julio, ¡Íbamos todos a bailar ahí! O en el Deportivo Central Córdoba, Atenas…Y así, me empiezo a enganchar con Julio por la batería. En ese tiempo mi viejo me hizo entrar a trabajar a la Dirección Provincial de Hidráulica (DPH) ante mi insistencia. A mí me daba pudor pedirle plata para mis salidas y le pedí que me consiguiera un laburo. Pero él no quería que trabajara, sino que estudiara, pero al final accedió y entre a Hidráulica

¿Y qué tarea hacía allí?

Entré (con 17 años) como peón jornalizado en la limpieza de canales y me dijeron que cuando cumpliera 18 me nombraban efectivo. Entonces formaba parte de la cuadrilla que se dedicaba a dejar limpiecitos los canales de riego, siempre asesorados por un ingeniero de hidráulica.

O la pelota o el arte

¿Sabés qué pasaba? Que a los 17, 18 años yo quería hacer de todo, jugar al fútbol, estar en la música… todo… y se me amontonaban las cosas. Me había puesto a aprender batería con el gran maestro Bebe Caniza, batero de la Sinfónica. Hasta que mi viejo un día que venía de un partido de fútbol me dice: mi amigo, hay que definir esto, no se pueden hacer las dos cosas. El jugador de fútbol se acuesta temprano y si te acostaste a las 3 de la mañana por la música, cómo vas a ir a jugar a las 9? ¡Te vi en la cancha y estabas dormido, te pasaban por el costado y yo sé cómo jugas!

Su viejo le marcó la cancha, sabía de lo que hablaba

Porque a mí la música me había picado y tras la música el teatro, entonces tuve que decir chau fútbol, jugaré en modo amateur y me saqué de la cabeza llegar a jugar en serio, en San Lorenzo, en Instituto o donde fuera.


Historia viva del teatro cordobés, en blanco y negro
Click para ampliar

¿Y cómo aparece el teatro finalmente?

Como a los 23 años, a fines del '69, cuando una amiga me dijo que me veía buena pasta de actor y se ofreció a presentarme a un grupo que se estaba formando en el "Goethe". Me acuerdo que salimos de la Escuela de Arte de la Ciudad Universitaria, caminamos por Chacabuco y llegamos a una vieja casona ubicada antes del Bv. San Juan. ¡Entré y me quedé 10 años trabajando con ellos!

El arte dramático era nomás lo suyo, no el fútbol, no la música

Se ve que sí… a las tres personas que me presentaron en ese momento las conocía sólo de nombre, porque frecuentaba mucho teatro. Eran la "Cheté" (Cavagliatto), el "Negro" (Reyeros) que me fascinó las cosas que hacía y el "Loco" Sarmiento con las luces.

El "Goethe" era la vanguardia teatral de Europa y, año de por medio, venían profesores alemanes y hacíamos unas obras bárbaras…mire amigo, le leo algunas: "Leonce y Lena"; "Woyzeck"; "el Brito"; "Insulto al público"; "Los fusiles de la madre Carrar" de Bertolt Bretch y "La excepción y la regla" del mismo autor; en el '79, cuando me despido del Goethe hago "Las aventuras del barón de Münchhausen" y el Teatro expresionista colectivo dirigido por Héctor Rubio, uno de los grandes intelectuales que hubo en Córdoba.

Y cuando termina su ciclo en el teatro alemán ¿Qué rumbo toma?

Al cabo de casi diez preciosos años me voy al teatro rioplatense, porque me ofrecieron actuar en la obra del uruguayo Florencio Sánchez llamada "Marta Gruni". Me tocaba hacer de un h d p ¡Un obrón! La escenografía era del "Negro" Reyeros y la presentación fue en el marco de un ciclo municipal en el Aguaducho de Alberdi.

¿Cómo se vinculó con el mundo de la revista Hortensia y a actuar en la obra?

Y yo era uno entre los más de 100 mil lectores que tenía ese revistón que además amaba. Me encantaba "Negrazón y Chaveta" y siempre decía, qué lindos personajes para llevarlos al teatro; con las vueltas de la vida y sin soñarlo me tocó encarnar al Negrazón.

¿Y eso cuándo fue?

Para el año '84, aunque ya se había producido una obra en el '83 en la que el "Gordo" Oviedo hacía de "Negrazón" y Jorge Mansilla de "Chaveta". Estaba el "Rudi" Arrieta (que cantaba "Córdoba de antaño"), la hija del "Gordo", Susana, que hacía "La Pirula"… el "Pato" Achával… Y actuaron un verano en Carlos Paz en la carpa que le alquilaron a Oscar Kloner. Eso duró como un año y a fines del '84, comienzos del '85, la Marcela Pereyra, representante de Argentores (el "Gringo" Cognini y su mujer "Sarita" ya habían muerto) se puso a rearmar el elenco.

Donde aparece el "humilde negrito" de Nueva Córdoba

Claro, sumado el Carlitos Pla como "Chaveta", el "Chichilo" Viale, que venía de la experiencia anterior, el "Pepe" Lozano, un actorazo, con la novedad saliente de que en la producción general fue nombrado "Cacho" Giordano, el manager del boxeador "Falucho" Laciar, dueño de la confitería bailable "Zorba" y de la estación de servicio que estaba pegada. De Carlos Paz, claro.

Toda una novedad para el ambiente poner un "hombre de negocios" al frente de la obra…

¡Una pegada! Es más, actuamos ahí en la confitería que él adaptó a sala teatral. ¡Cómo vas a poner un teatro al lado de una estación! En Carlos Paz eso era frecuente.

¿Y cómo anduvieron en "Zorba"?

Pusimos 12 mil espectadores en todo el verano (no era nada) pero Giordano se entusiasmó igual y dijo el año que viene nos vamos al teatro "Yolanda", que era un cine-teatro viejo con 700 butacas en pleno centro de Carlos Paz. Auguró que iba a ser el boom del verano y que íbamos a poner 50 mil espectadores. Le erró por poco, ¡nos fueron a ver 65 mil! Fue un golazo. Hasta tuvo el tino de invitar a la Mercedes Sosa y Bergara Leumann que estaban haciendo un tratamiento en el sanatorio "El Diquecito".

Una temporada fenomenal de los morochos cordobeses

¡El país va a hablar de Hortensia! repetía Giordano, que ponía y ponía en publicidad y pedía a los medios que acompañaran la obra. Acá está la pauta, pero nadie me abandona les decía. ¿Qué significaba poner a Hortensia en el corazón de Carlos Paz? Imagináte, la calle principal, que era patrimonio de los porteños ¿Quiénes eran esos negros que laburaban en una de las salas más grandes?

¿Usted ya había estado con otra obra en Carlos Paz?

Sí, pero en los "laterales" del microcentro, en un subsuelo de un restorante italiano. Ahí estuvimos con "Eran cinco hermanos y ella no era muy santa" de Miguel Iriarte. ¡Qué cacho de obra! La mejor para mí escrita por Miguel. Estuvimos '81, '82 y '83 y llenábamos y llenábamos en un sótano en tiempos en que Darío Vittori copaba. Y mirá que hábil el "Negro" Iriarte, nos daba descanso los martes para que las compañías que descansaban fueran a vernos a nosotros. Juan Carlos Dual, Diana Maggi…

Bien, cerremos con Hortensia por favor

Cómo no, ese año la habían traído a Susana Giménez con "La Mujer del año" (con Darín, que era su novio). Ella recaudó más porque la entrada era más cara pero la superamos en público. Con ese empuje nos fuimos a Buenos Aires, al ¡Astros de la calle Corrientes con mil setecientas butacas! ¡Otra revolución! En las cinco primeras semanas hicimos capote… y escuche los vecinos teatreros que nos rodeaban: Mirtha Legrand y Alberto Mendoza; más allá, la revista de Calabró; más acá, Tato Bores y al lado nuestro la teníamos a Graciela Duffau…

¡Rodeados de "mostros"!

Tengo las crónicas de la época que decían "siete ignotos cordobeses rodeados de estrellas, primeros en recaudación". Un allegado me dijo que aquel "mini Cordobazo de la risa" en el corazón porteño, era como lo de los uruguayos de Telecataplum en los años sesenta. ¡Fenómenos! Cuando debutamos estaba el gobernador Angeloz, Mestre padre intendente y el diario "Córdoba" puso "Cordobazo teatral en Buenos Aires". También estuvo el "Cocayo" Dertycia, de paso en Buenos Aires rumbo a su luna de miel. "Si no te creen este golazo, me dijo, decíle que me llamen que salgo de testigo".


Historia viva del teatro cordobés, en colores
Click para ampliar

"El Despertador" de Juan Carlos Mesa

Al final de la charla, el actor Horacio López solicita tiempo suplementario para contar un recuerdo especial

"Tuve el inmenso gusto y honor de formar parte del equipo radial que organizó mi admirado Juan Carlos Mesa cuando volvió a Córdoba después de más de 30 años. Venía a reeditar un antiguo programa -"El Despertador"- para el cual estuvimos trabajando más de un año. Fuimos contratados junto a Silvia Pastorino para hacer diez sketches escritos por JCM cada mañana. ¡Era un talento! Ese año el programa obtuvo dos premios "Martín Fierro". El primero para Mesa por mejor conductor y el segundo a la producción colectiva. Fue una hermosa experiencia...

¿Qué jugadores recuerda de ese plantel?

Estaban el Claudio Fantini en Internacionales; el "Chasti" Amuchástegui en Política Nacional; la "Vaca" Potenza en Deportes, Miguelito Peirotti en Espectáculos…

¿Y por qué Mesa le envió una nota de agradecimiento que usted conserva?

Por las charlas que teníamos en las que yo le contaba aspectos de la Córdoba que él no había vivido por su ausencia. Una vez a la semana nos tomábamos un café en un bar de la calle Sucre que se llamaba "Don Benito". En toda mi trayectoria, esa nota que me envió cuando volvió de nuevo a Buenos Aires, es una de las cosas que más valoro. ¿Por qué? Por la humildad de éste grande, porque él era un grande. Fue un libretista de lo más granado del humor argentino de una época. Que él después me enviase una nota agradecida y amistosa fue de lo mejor que me ha pasado en mi vida. Por eso la tengo enmarcada y colgada en un cuadro.

-Bueno Horacio. Hasta aquí llegamos, por ahora. Cuántas cosas más tendrá por contar, hombre. Creo que como el título de un viejo libro de un chileno, usted podría decir "confieso que he vivido…". Ha sido un gusto de parte de este Horacio López das Eiras.




Descargá la nota:


Comentarios:

- Alejandro González Dago: Tengo la dicha de ser amigo del Negrazón y aseguro que tomando un café o comiendo un asado es tal como se mostró en esta charla. No sólo es un pedazo de la historia de nuestro teatro, también es un reservorio de dignidad como persona. Buena nota del escriba, que también tiene lo suyo. Felicitaciones. Me gustó leerla.

Dejá tu comentario: