Flower Power argentino: ¿Dónde obtenían cannabis nuestros jipis en los 60/70? 

10.08.2024

Cultura Cannabis


Hay mucha bibliografía e investigaciones periodísticas sobre el movimiento jipi de nuestro país, historicidad y sociología del movimiento y señalamientos sobre el consumo de drogas psicodélicas, pero ninguna referencia a cómo y dónde conseguían marihuana. Apuntes para una historia novelada en proceso de construcción.

Daniel Landgren

Ilustración: Noah Santana (Pinterest)
Ilustración: Noah Santana (Pinterest)

El movimiento jipi fue un movimiento social contracultural que surgió en Estados Unidos en la década de 1960 y se expandió por diferentes partes del mundo. Fue una expresión popular de jóvenes blancos de clase media en contra de los valores de la sociedad conservadora, la represión, el consumo y el capitalismo. Considerados en nuestro país como los primeros "ni-ni, jóvenes vagos que tocaban la guitarra, se vestían con colores chillones y se drogaban". Los que simpáticamente señalamos con jipis con OSDE por su origen de clase media con servicios pagos por sus padres!

El movimiento jipi surgió como una protesta a los valores hegemónicos establecidos por la sociedad de consumo capitalista, conocida como la "American way of life" (forma de vida americana). Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno de Estados Unidos promovía un modelo económico basado en el consumo constante de diferentes bienes y servicios

En este modo de vida, la familia era el núcleo de la sociedad: el hombre trabajaba y mantenía la economía del hogar, y la mujer se ocupaba de las tareas domésticas y de crianza. Se promovían valores cristianos, burgueses y conservadores en los que primaba la buena conducta social.

En la misma década, la lucha de los afroamericanos por la igualdad creció con el liderazgo de Martin Luther King. Por su parte, el movimiento feminista tuvo un nuevo impulso y comenzó a cuestionar los roles de género establecidos en la vida social.

Si el movimiento jipi tiene sus bases en la crítica del modelo capitalista estadounidense de consumo, "acá qué van a protestar". Entonces en este aspecto hay una mayor cohesión respecto a las diferentes posturas. Hay un consenso respecto de la desubicación del jipi como forma de protesta en la Argentina y, de considerarse su existencia, se explica principalmente como moda (resaltando lo vistoso de su estética) o por ser una mala interpretación de la sociedad de personas que se encuentran desorientadas o influenciadas por fenómenos internacionales los cuales no terminan de comprender.

Esta suerte de moda tenía características propias basadas en una vida libre, manifestada en diversas prácticas culturales: la vestimenta colorida (la falda corta y el pelo largo), los viajes iniciáticos ligeros de equipaje, la vida en comunidad, la libertad sexual, la espiritualidad, la música y…

El consumo de estupefacientes

Muchos jipis consumían diferentes tipos de estupefacientes. Lo hacían por diversión o con el objetivo de alcanzar estados alterados de conciencia en búsqueda del autoconocimiento. Entre los consumos más comunes, estaban la marihuana, el hachís, el LSD y los hongos alucinógenos. Claro que toda esta parafernalia de agentes tóxicos psicodélicos estaban a la mano en EEUU.

"Para pibes como nosotros que todavía no fumábamos porro ni tomábamos LSD la experiencia del Di Tella nos permite sentirnos fumados por primera vez". Así se refieren a los eventos de música y artes visuales, los primeros espectadores de performance inolvidables como Importación Exportación creado por Marta Minujin.

Pero, y los que si usaban marihuana, ¿Dónde la conseguían?. Lo más cierto es que llegase prensado desde Paraguay aunque el fenómeno jipi nos permite pensar que muchos jóvenes recibían flores desde otros países cuando los controles aeroportuarios y el prohibicionismo eran totalmente laxos. Hay nulos registros sobre autocultivo aunque buceando en su memoria la primera activista latinoamericana del cannabis, Alicia Castilla nos cuenta: "en respuesta a tu búsqueda, te digo que recuerdo que cuando era chica, en la década de los 50, cerca de casa vivía un tipo ermitaño en un gran terreno lleno de plantas y muchos perros. Un día le cayó la cana y lo allanaron. Se dijo que lo acusaban de tener plantas de marihuana. Ni sabíamos qué plantas eran esas. El tipo dijo que un par de plantas habían crecido entre otras, tipo silvestre y había notado que a los pájaros les interesaban mucho. Que cuando producían semillas se las comían y cantaban más que lo habitual y que él le ponía hojas de esas plantas al mate. ¿Le creemos? Años después volví a escuchar sobre la marihuana cuando aparecían en la prensa amarilla, noticias de músicos de rock y otros artistas que habían tenido problemas con la policía por porte o consumo".

La oleada de jipis comunitarios que partieron a El Bolsón, Esquel o Epuyen, comenzaron a cultivar sus propias plantas de cannabis. El mítico porro epuyen es una genética cultivada por los jipis del sur, que seguramente compartían sus cosechas con sus pares urbanos de ciudades como Buenos Aires, Rosario, Mendoza o Córdoba.

"Mirá Diego, a mi me parece que "paranoico" en parte tiene razón, un amigo plantó semillas de "puyen" o "epuyen"(escuché los dos nombres) y le salió una sativa típica con las hojas super finitas y largas...pegaba bien cerebral. Al tiempo me regalan semillas supuestamente de "epuyen" y la planta sale bien indica, petisona, hojas gruesas y una pegada fuerte pero tranquila, yo creo a los prensados ricos les inventan esos nombres para venderlos más fácil o más caros. No digo que esas variedades no existan, pero si no son semillas de banco es casi imposible saber si la semilla que llegó a tus manos es verdaderamente "epuyen","pinito" o "punto rojo". (Comentario extraído del foro Cannabiscafe.net sobre la búsqueda de la palabra epuyen).

Otra fuente de cogollos fue Linera Bonaerense. La única empresa que cultivó cáñamo en Argentina para industrializarlo en la ciudad de Jáuregui, provincia de Buenos Aires, sufrió el permanente robo de plantas.

"En unas vacaciones en Gesell me hice amigo de un mantero que vendía artesanías en la playa. Cuando le conté que era de Jáuregui conocía el lugar por las plantaciones de chala", cuenta Patricio, uno de los diez mil habitantes de un pueblo que tiene un Club de Fútbol en primera b y el club náutico. (…) Los registros de la empresa muestran que llegó a sembrar 400 hectáreas de cáñamo. Y que en 1976 empezaron los problemas: "Se informa a las autoridades las molestias por la sustracción de hojas y flores a pesar de la vigilancia y el control. Se considera cesar de producir el cultivo para evitar los perjuicios económicos que estas depredaciones traen acarreadas".

La gente confundía las plantas con unas de cannabis psicoactivo y se las robaban para fumar o sembrar en sus casas. Claudio Nuñez, hijo de uno de los encargados de la fábrica, explica que el cultivo de cáñamo en el pueblo estaba naturalizado, hasta que los hippies e intelectuales comenzaron a acercarse para fumar la planta: "Lo hemos visto a León Gieco venir a Jáuregui a buscar plantas de cáñamo". Atrás de los hippies, llegaron los militares que hacían operativos especiales para desmontar la planta. La pequeña localía de Jáuregui era nota de tapa de los diarios hasta que la empresa decidió no producir más cáñamo. En 1977, el gobierno de facto de Rafael Videla llevó preso al gerente por la existencia de plantas gauchas en la zona al título de "se incautaron 2.000 kilos de marihuana". La historia de la empresa que plantaba cáñamo (Natali Risso, diario Página /12 - 6/8/2021)

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GLOSARIO

Flower Power: fue un poderoso slogan utilizado por los jipis en las década del 60/70 como un símbolo de la ideología de la no violencia. Se dice que el término fue inventado por el poeta estadounidense Allen Ginsberg en 1965.

Instituto Di Tella: fue un centro de investigación cultural sin fines de lucro, fundado el 22 de julio de 1958 por la Fundación Di Tella, en homenaje al ingeniero y empresario ítalo-argentino Torcuato Di Tella. Situado en la calle Florida 936 -«La Manzana Loca»-, tenía varias salas de exposición y un auditorio para 244 espectadores. Conoció su mayor auge entre 1965-1970, cuando era el «templo de las vanguardias artísticas», y fue duramente combatido por el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, que lo clausuró en 1970.

Alicia Castilla: activista cannábica autora del libro Cultura Cannabis. Fue encarcelada en Uruguay en 2011 por cultivar marihuana. Su detención disparó una gran controversia que sirvió para la posterior legalización de la planta en el vecino país.



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