Encontrar la música y encontrar el silencio
Acerca de "Poesía juvenil 1995-2011" de Pablo Seguí (Barnacle, 2024)
Alberto Cisnero
El volumen "Poesía juvenil 1995-2011" reúne un primer momento de la obra de Pablo Seguí. Fueron publicados en Córdoba, ciudad natal del autor, en editoriales que ya no son con nosotros y en otras que no han creído conveniente reeditar los versos que hoy nos ocupan (para eso también existen la democracia, el libre albedrío y el yerro). Sin otorgar mayor atención a estos pormenores de tinta, goma arábiga y tendencias, a la fecha, los títulos no estaban disponibles en los usuales formatos tangibles o digitales; esto puede resultar un beneficio para el eventual lector (e incluso un resguardo para el autor y el editor, cuando no aspiran a la pública autodestrucción); no es el caso. Es curiosa la suerte de los libros (de ciertos libros): el primer poema que nos fuera dado leer del autor estaba impreso en una fotocopia (pertenecía a su tercer libro formal); de esa lectura en un remoto punto de la llanura pampeana, en un instituto de formación terciaria, en una ciudad suburbial que tiene en su plaza más céntrica la estatua de Almafuerte, conservamos en nuestra mente dos versos certeros: "la plaza, apaciguada,/ y yo, caduco, vil". Han pasado más de diez años, perdura su emoción.
Tenemos entonces tres libros y dos plaquetas dadas a publicidad entre los años del segundo menemato y la segunda década del presente siglo. El amor (su presencia, su falta, sus restos: "y la palabra, temblorosa, tierna,/ y el aire azul") y la ciudad (los asuntos que la implican) han sido una constante en su producción. Hay que decir que Pablo Seguí estila el verso regular con frecuencia (aunque no con exclusividad). Ha forjado una ética de ello y no ha renunciado a abordar lo que podría nominarse como la función social de la poesía: cuál es la parte que asume el artista ante sí mismo, ante la sociedad y ante el poder; para qué, por qué y para quién se produce el arte. "Suite del silencio —detalle para Marioni—", "Los nombres de la amada", "Ramillete", "Claves y armaduras" y "Naturaleza muerta" forman parte de la literatura argentina que no claudicó ante los cantos de sirena de las modas y de las secuelas literarias y sus domas (las ideas no se matan, mueren solas). Y mucho más se escribiría (y escribirá) todavía; aunque constataran (y constaten) el sentido del agua, notarios, burócratas y contables; aunque leamos en suplementos literarios, en revistas especializadas: "más allá de esta hipótesis", "sin duda alude al", "conviene precisar" y "la falta de signos de puntuación atañe a trance y congoja". Es la manera de indicar: admitidos en el salón, en el club rotario, en cultura (listas de luz asidas por la mano de un ciego).
A esta hora, septiembre del año veinticuatro del siglo en el tercer planeta del sistema solar, las diversas mesas, peñas, ciclos, revistas, en los que leen, declaman, imprimen, repentizan, reseñan o televisan poemas o sus resultados aproximados, en la urbe en la que vive el poeta, siguen sin contarlo entre sus participantes.
(Hay una anécdota famosa acerca de Edgar Allan Poe y la remuneración que percibía en el periódico donde se ganaba el mendrugo y el curioso motivo que se argüía para la cifra diferenciada que le daban. El atento lector indagará o recordará el dato enciclopédico. Creemos que (comparando los hechos) ofrece una respuesta a lo que indicamos en el anterior párrafo).
¿Quién contará los versos que puedan compensar la pena de los hombres? "Poesía juvenil (1995-2011)" responde la pregunta y la amplifica. En Córdoba, la de las capillas y el cóctel italiano, en "La Babía", en el centenario barrio separatista de "San Vicente", hay quien se abocó (y aboca) cada día a dos precarias condiciones de producción: encontrar la música y encontrar el silencio ("yo confecciono una muralla china/ con textos como piedras sin pasado").
Poemas citados
Paseo Sobremonte
Dos nenas en la fuente
vacía. Corretean,
se ríen, saltan. La
familia (la señora,
el diligente padre)
las llama, las conmina
a no hacer tanta bulla.
Sentado, anestesiado
por los mil cigarrillos
—¡quién me rescataría!—,
espero a que la espera
me deshaga, me anule:
la plaza, apaciguada,
y yo, caduco, vil.
(En "Naturaleza muerta")
No hay último reflejo de tus manos
sino que siguen, se repiten. Busco
justificar la ensoñación, contarla,
e incluso encuentro pautas de tu rostro
—no tu rostro—, caricias desvaídas
y un lodazal fecundo que la lluvia
dejó por recordar otro verano.
Y si la noche quiere ser mi cierzo
y sus miasmas ingratos me persiguen,
yo confecciono una muralla china
con textos como piedras sin pasado.
(en "Claves y armaduras")
El poeta sueña con la amada
El dulce beso que me diste anoche,
mi mano, que ceñía tu cintura,
y la palabra que reconocía,
y tus ojos, costado de otro tiempo;
la suavidad de tu presencia, silbo
nuevamente encontrado, tu sonrisa,
y la palabra, temblorosa, tierna,
y el aire azul, y la mañana joven:
¿todo fue un sueño, una ilusión, engaño
de estos sentidos sólo, detenidos
en el cruento poder de su deseo?
¿Todo, tus ojos, tu sonrisa, un ángel
que vino para huir, una derrota
de la esperanza, brisa que se fue?
(En "Los nombres de la amada")
Acerca de Pablo Seguí
(Córdoba, 1973)
Entre los 8 y los 17 años estudió violín, para luego volcarse hacia la poesía.
Ha publicado los siguientes libros: "Los nombres de la amada" (Alción, 1999), "Claves y armaduras" (Foja/Cero, 2005), "Naturaleza muerta" (El Copista, 2011), "Otro verano y éste" (Barnacle, 2017), "Animal de bien" (Barnacle, 2018), "Noción de ritmo" (Barnacle, 2019) "Lizard y otros poemas" (Barnacle, 2020), "Babía y otros poemas" (Barnacle, 2021), "La internación" (Barnacle, 2022), "Remy LaCroix y otros poemas" (Barnacle, 2023) y "Poesía juvenil 1995-2011 (Barnacle, 2024).
El libro "Poesía juvenil (1995-2011)" de Pablo Seguí será presentado oficialmente en el Museo Genaro Pérez, el sábado 26 de octubre de 2024, a las 18 h junto a otros autores de la provincia de Córdoba, publicados también en Barnacle. El editor en persona presentará los libros.
Alberto Cisnero
(La Matanza, 1975)
Publicó: "El límite de la materia" (2012) y otros libros; en 2025 publicará "Clase 75", en 2026 "Román paladino", en 2027 "Este libro es para vos"; y así sucesivamente. Vivo o muerto.
Foto: Merlina H. Cisnero
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