El viaje secreto de Mortimer

ph Sergio Larraín - fotógrafo chileno
ph Sergio Larraín - fotógrafo chileno

¿Cuánto tiempo es demasiado tiempo para esperar a alguien? ¿Una hora y chirolas? ¿Dos horas? ¿Tres horas cátedra? ¿Cuatro horas psiquiátricas? ¿Bajo la lluvia mil horas?

Para mí no hay límite de tiempo en cuanto a esperarte en el espacio interestelar. Podría hacerlo una eternidad allá arriba, dentro de una nebulosa gaseosa, sin importar cuánto tiempo tardes. Básicamente porque allá el tiempo no existe. Aparte hay hidrógeno y helio para tirar para arriba. Combustible y resonancias magnéticas no nos van a faltar.

Pero aquí en este bar, sobre esta mesa, con este café atroz, la Tierra rota sobre su propio eje como si nada. Y todo gira en el sentido de las agujas del reloj. Es por eso que no puedo esperar más de una hora gregoriana. ¿Por qué? Porque en este planeta, el tiempo personal es un recurso no renovable y cada día sólo tiene un amanecer y un atardecer. No nos podemos permitir despilfarrarlo como lo haríamos en el espacio donde el sol aparece y desaparece cada hora y media, según me dijo un astronauta de seis años que vive en mi barrio.

¿Sabés, aparte, porqué no podemos viajar a través del tiempo? Porque no nos permiten andar a más de 110 km/h en la autopista. No quieren que alcancemos los 300.000 km/h y levantemos vuelo y ya no quede quien pague patentes a la municipalidad. Nos quieren contribuyentes grises y no cuerpos celestes.

No es que sea impaciente o me haya vuelto intolerante pero ¿notaste cómo una playa cobra por el estacionamiento? Por hora, incluso si solo te estacionás por unos minutos. Es como si valoraran más el tiempo estacionado de playa que tu tiempo corriendo por tu vida. Esto es la Tierra, ¿verdad? El tiempo es un estimulante carísimo para trabajadoras como nosotras.

Sin embargo, tengo una propuesta para hacerte. ¿Oíste hablar del tiempo ilegal? ¿Sabés que podemos conseguirlo en el mercado negro, más precisamente en la materia oscura? Sé que te va a sonar perturbador eso de ir a un lugar hipotético que debe estar por ahí pero andá a saber ya que no se puede ver. Pero si no fuera por esa materia oscura estaría todo despegado en el universo. Es más, no existiría el universo. Y nosotras, ni hablemos. El tiempo ilegal no transcurre. Es lo que no pasa. Pero de alguna manera está por allí sucediendo. Como sí.

Te invito, entonces, a venir conmigo a un viaje secreto a esa materia oscura, donde podremos perder tiempo ya que no lo vamos a necesitar. Quién quiere un tiempo perdido. O qué.

¿Te animás a pegotearte en el espacio y tomar el riesgo del no tiempo? O preferís mejor tomar el café contra reloj, despegarte de las boludeces que digo y hablar de lo poco que duran las esponjitas mortimer.





Comentarios

- Patricia María:  Lo profundo en las letras ,lo escrito,los mensajes,elevan los sentidos.

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