Crónica de un fin de semana inmortal
(A la Abuela Sonia Torres, en su paso a la eternidad)
Es viernes y no paro de llorar, ha muerto Sonia Torres y siento que volvió a morir mi madre. No es que nos sorprenda la noticia, sabíamos que la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba tenía 94 años y una salud muy frágil. Lo que nos duele es que se fue sin conocer a Daniel Efraín Orozco Parodi, su nieto; el hijo de su hija Silvina, detenida, torturada y desaparecida por la dictadura genocida de Videla, Massera, Menéndez y sus cómplices.
Salgo para Storni, tengo una mesa reservada. Voy en familia, somos cuatro, cada uno duela a su modo. Yo lloro en cada semáforo y recuerdo su menuda figura caminando por el barrio. Con el pelo suelto, un carrito de los mandados, ropa sencilla y cuidada, amable y simpática, saludando a los vecinos en el mercado El Farolito, en la verdulería, en la panadería Marcell o en la carnicería de Moya. Esa rutina que Sonia hacía sola hasta hace pocos meses.
En la vieja Alfonsina tocaba Gonchi Mamonde, baluarte de la lucha social y la música popular de Villa el Libertador. Valerio (anfitrión de la peña) nos esperaba con la mejor mesa, un abrazo sentido y alguna lágrima. El vocalista de La Cruza prueba sonido y arranca el concierto dedicando a la memoria de la abuela de todos, un tema homenaje a Marta Juana González, maestra y mártir de la resistencia setentista, en el barrio sureño. Marta fue víctima también del "viejo general del miedo".
Comemos, cantamos, reímos y volvemos a llorar de a ratos. Cada compañero que llega al conventillo cultural de la calle Duarte Quirós repite el mismo ritual de abrazos, tristeza y esperanza. Gonchi invita a un amigo y cantan temas propios entre algunas versiones indispensables del repertorio popular argentino. Una piba llena de tatuajes y piercings recita un poema que nos vuelve a lapidar: "No es sequía es desmonte", dice y pienso que hace mucho que no llueve una gota de agua de Reforma y Cordobazo.
El vino amigo nos ayuda a recordar los tantos 24 de marzo compartidos. Volvemos al reclamo sin odio, sólo memoria verdad y justicia. Sonia y todas las Abuelas, junto a las Madres son las verdaderas dueñas y centinelas de esta democracia que supimos conseguir. Estamos a dos días de elegir presidente y el pronóstico sigue anunciando sequía y negacionismo.
Ya es sábado. La familia de Sonia anuncia que habrá choripanes y militancia durante toda la jornada en su casa de la calle Manuel de Falla. Pasamos cerca, no paramos, no somos más que vecinos y compañeros que nos encontramos cuando el amor o el espanto mandan. Vamos para Cabana a la Peña del Agua. Me retumba en los oídos el poema de la chica en Storni: "no es sequía es desmonte". Todo parece muy extraño, en los ámbitos que frecuentamos hay fragancia de aromitos serranos. A pesar de todo, esa nostalgia huele a esperanza. Sigue sin llover y el domingo se vota.
"No es sequía es desmonte". La frase se mete en cada canción. "Somos criminales de lesa naturaleza", canta Lapo Ponseti. En el centro de la Cooperativa de Cabana, cuatro generaciones bailan al ritmo del Dúo Coplanacu y Raly Barrionuevo. Todos dedican sus temas a Sonia, piden cuidar el agua, defender el monte y no votar a la derecha. Empanadas, choris, locro y opciones veganas; vino, cerveza artesanal, helado, gelatina y pastelitos para el postre.
Bailamos sin saber bailar, lloramos y reímos un arco iris del alma. Una mujer mayor nos va marcando los pasos para no pifiar tanto en la zamba y en la cueca, la chacarera nos parece más fácil. No sé si es esa dulzura peligrosa que contagia la tristeza o esa comunión de miles de compañeros en una provincia donde hace rato que parecemos pocos los que pensamos parecido.
Se va acercando la noche y la veda de venta de alcohol, así lo anuncia la presentadora, una gran actriz del taller de teatro local. Para el cierre sube al escenario una mujer que hasta hace unos minutos bailaba a la par nuestra. Ella y sus dos hijos muy rubios bailaban descalzos, levantando la tierra que mestizaba sus rostros. Toda la energía de esa madre de unos 30 años y sus niños con los músicos arriba y todo el pueblo abajo. Savia Mestiza hace "El Llamado" y el auditorio hace tronar el escarmiento.
Todo pasa muy rápido, ya es domingo y llueve en mi patio de Villa Rivera Indarte. Llueven gotas frescas y votos solidarios en la Patria y en la Matria. Llueve Sonia Torres y vence al odio, al negacionismo, a la impunidad, al desmonte y la sequía.
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Comentarios:
- María Cristina Montbrun: Te quiero..te agradezco..te beso ..te esperanzo!! vuelen besos mojados!!!
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