¿Córdoba la del encanto?

-Ni uno es de uno-

Espero que se sepa que una respuesta negativa no es la única que pueda darse a la incógnita del título.

Porque Córdoba es, a más de aquel programa de radio, "una ciudad con siete letras y acento", totalmente polifacética.

Por tanto, omitiré cualquier tipo de prólogo, no solo porque uno solo sería escaso para tantas caras, sino porque siempre recuerdo lo que suele decir mi amigo Miguel Julio Rodríguez Villafañe, que "Jue fuez", al decir de la Jovita: "El prólogo se escribe al final, se coloca al principio y no se lee nunca".

Y a las cosas.

Si Borges juzgaba a Buenos Aires tan eterna como el agua y el aire, y Macedonio Fernández afirmaba que la realidad es solo un sueño,

Qué decir de Córdoba, ¿que es eterna o que es un sueño?

¿O que es un sueño eterno?

Porque Córdoba ha sido revolucionaria: la Reforma Universitaria y el Cordobazo así lo han escrito en la historia.

Pero también parió el Navarrazo, y fue heroica… Heroica pero arrepentida… hasta nuestros días.

Córdoba es tan contradictoria, tan contrastante, tan paradojal, que el Río Primero, primero se llamó Suquía y después se llamó Primero.

Córdoba fellinesca, con cordobeses que no lo son, como el santafesino Daniel Willington y el periodista santiagueño Nilo Neder, que lo bautizó Daniel de los Estadios.

Córdoba que tiene una Santa Cecilia enredada con el bifronte Dios Jano: ¡Aquí Cosquín capital del Folklore, Aquí Cosquín, capital del rock!

Con pintores con mandato, como Octavio Pinto, mendocinos como Carlos Alonso, con Fernando Fader pintor francés, anotado en Buenos Aires y que siempre se dijo mendocino, y tanos como Spilimbergo que solía decir: "Para mí, después de París, Unquillo".

Córdoba, con Rafael Alberti y ¿se equivocó la paloma?, y Pablo Neruda con veinte poemas de amor, pero con una canción desesperada, en el Totoral donde en la misma familia Aráoz Alfaro, convivían dos hermanos: uno presidente del PC argentino, otro embajador del Vaticano.

Córdoba, tan campo afuera como Doña Dominga en la chacarera de Carlos di Fulvio, tan convento adentro con el Deán Funes.

Córdoba con mujeres de fuego y mujeres de nieve: Sonia Torres y Norma Landi, María Teresa Andruetto y Ana María Alfaro, Jolie Dubois y la flaca Marta, ….y con el único lugar donde las tipas se inclinan: La Cañada.

Córdoba, tan popular y nacional que creyó que Evita se sentiría cómoda en un palacio con sus grasitas.

Tan contradictoria es Córdoba que "Soy de la docta". ""Aquí les vengo a contar la historia de un cordobés, que por su acento al hablar, le llamaban el inglés, idioma muy parecido al cordobés", la escribió un porteño, Polo Giménez, que se crió en Catamarca….

Pero que siguió docteando: "Me invitaron una vez para conocer París y como buen cordobés le dije salga de ahí, ¿Qué voy a ver en la Francia que no haiga aquí?"

¿Cuál aquí? "Aquí porque hay que andar y mirar para comprender que no hay cielo como el cordobés", aquí, "tan cerca del sol, tan lejos del mar", aquí, "con los de la villa, los del canal, los de la orilla."

Entre tanto, nosotros, los cordobeses, podríamos preguntarnos:

Ya que Córdoba se fundó mediterránea, y se fundió "Mediterránea"…

Si antes, Córdoba, ¡¡¡va!!! Y ahora, Córdoba …..¡…bah….!

¿No habrá llegado la hora de dejarnos de tanto gre, gre, Gregorio, tartamudez política, y refundar nosotros los que refundieron otros?

Para que nada sea tan pasado que duela acordarse, ni tan presente que no pueda soportarse, y sobre todo no todo sea tan futuro que cueste imaginarse.

Antes nuestra chapa era una incógnita, ¿te acordás? la "X".

Y no es para encogiéndose de hombros, decir ""bah, ponele hache".

Es para despejarla.

Y para eso, primero tenemos que despejarnos nosotros.

Y por algo hay que empezar

En estos días en los que nuestra ciudad cumple 450 años, se reinaugura EL Teatro Comedia que se incendiara en la madrugada de Junio de 2007.

La Comedia siempre será algo más que un teatro, aun siendo la Comedia Dell Arte, teatro popular nacido a mediados del siglo XVI en Italia y conservado hasta comienzos del siglo XIX.

La Comedia también está en la música, como en

"Los Artistas", de Victor Heredia

"Son como niños buscando abrigo, pájaros tristes soñando amigos."

"De la risa al dolor y del llanto al amor,

Del drama a la comedia, hay de todo en la feria

Cuando levanta un hombre su telón"

En diciembre del 2005 en el Teatro Comedia de Córdoba, se levantó un telón alumbrando un histórico encuentro.

Tras 10 años de silencio, el Dúo Salteño, que había nacido en 1967 bajo la dirección del Cuchi Leguizamón, y que dos años después resultara Revelación del Festival de Cosquín, volvía a las tablas cordobesas,

Y en este punto, ruego, se me disculpe la auto referencialidad.

Mi mayor capital humano son mis amigos, y entre ellos estaba el querido Patricio Jiménez que durante su largo distanciamiento de diez años del otro integrante del dúo, el Chacho Echenique, vivió en Córdoba.

Nos veíamos seguido cerca del Cabildo, donde yo trabajaba en cultura con el Topo Gregoratti, secretario de un Luis Juez muy distinto – parecía- al actual.

Patricio me pidió que les gestionara una actuación en el Comedia, y acordamos un encuentro con el Topo.

Le advertí a mi amigo que si iban a empezar con el gre gre gre salteño, definía yo.

Eso ocurrió.

Y yo exageré: pedí dos fechas.

Llenaron ambas,

Hay veces, esta es una de ellas, en las que el paso del tiempo pone las cosas en su justa perspectiva.

Siempre se discutió si el Dúo Salteño era innovador o tradicionalista, ya que si en su repertorio seguían sonando zambas y chacareras, el Cuchi, autor del trio, abrevaba en Bartok y Stravinsky mechado con lo precolombino.

Algo similar ocurre con Córdoba, rumbo a su cumpleaños 450.

Ya en las Actas Capitulares, los españoles preveían las dificultades de lo mediterráneo, diciendo que había que prever medios para contratarse –conectar, comerciar- con el reino de España.

Y mucho más cerca en el tiempo, en "Cosas de Córdoba: encuentro con Horacio González", se dice en relación al Cordobazo:

"Fue una gesta protagonizada por el pueblo de Córdoba, muy lejos de lo que hoy se llama "cordobesismo", que postula un encierro localista y prejuicioso, desmentido por aquellos obreros y estudiantes que siguen transitando como sombras doloridas por nuestra memoria:"

Finalmente, como creo que la comunicación debe ser siempre de ida y vuelta, para no quedarse en un mero discurso, ahora que Córdoba se adelanta y se atrasa al cumplir años tres días antes que el país, pero a contramano, los escucho.

¿Córdoba es la del encanto?