Bares y cultura: Un Mundo Feliz

Estética y revolución

"Que el arte pueda ser gratuito es una política del espacio, y que nosotros podamos bancar eso es una apuesta importante"

Santiago Pfleiderer

Un mundo feliz (SP)
Un mundo feliz (SP)

Imaginen un bar. Mesas pequeñas y gente por todos lados. Un lugar con pantallas y proyecciones, espacios múltiples, performances, un escenario, micrófonos y gente con delirios en sus manos. En una mesa, Bowie y Federico Moura toman un whisky. Cigarrillos pisoteados. Entre la gente está Bukowski apretando con Janis Joplin, y a lo lejos se los ve al Conde Lautreamont junto a Rimbaud y a Verlaine brindando con copitas de ajenjo. Banksy pintando con aerosol las paredes de los baños. Un bar lleno de marineros polacos. Un bar que ronca con aliento a vino y a tabaco donde se canta La Internacional ý Puerto Pollensa en rondas de truco. A la vez, un lugar que puede parecer cualquier bar de Berlín mientras se cae el muro, y donde Jim Morrison sigue siendo estudiante de cine pero de la UNC.

Y estos eventos no son una joda, son parte de un plan cultural y político para reformar el sentido de las acciones que se pierden detrás de cortinas de humo. Hay una estética, una estética de los bordes, de los márgenes. Se trata de recuperar la fuerza y la identidad cultural de una ciudad adornada con baches. No hay fachadas, no hay poses, hay propuestas ilimitadas a la creación y a la discusión de nuestra identidad cultural.

Alejandro Ruarte es cordobés y tiene un largo historial en la noche de Córdoba, con casi dieciocho años en el rubro. Una de sus grandes creaciones fue el bar Belle Epoque, pero también estuvieron Valentina y Gould Bar, entre otros. Belle Epoque, tras once años de existencia, tuvo que cerrar por la pandemia. Tres años más tarde, el 1 de septiembre de 2023 abrió sus puertas un nuevo proyecto llamado Un Mundo Feliz. Todos los jueves, viernes y sábados por las noches, el bar se convierte en la Noche de Walpurgis.

Un mundo feliz (SP)
Un mundo feliz (SP)

-¿Cómo surge el concepto o la idea de armar Un Mundo Feliz en este lugar?

-Fue una necesidad después de la pandemia y de estar parado tres años, y tuve la posibilidad de ver este espacio. Era una hoja en blanco, el lugar no era nada, y cuando lo vi no lo dudé, me animé.

-¿Tenías alguna idea, o es algo que se fue desarrollando en base al público y la propuesta musical?

-Una idea tenía. Tiene que ver el conocimiento adquirido, con saber un poco lo que le gusta a cierto público. Creo que esto tiene un concepto más elaborado.

-Este es el único bar con cine.

-Sí, es algo que está muy bueno. En Belle, al principio, hicimos algunos intentos de mostrar cine, pero como era otro tipo de espacio la experiencia pasó muy rápido. Acá no, desde el primer día nacimos con cine y lo hemos mantenido siempre.

-¿Cómo arman la grilla de actividades y eventos?

-Yo soy el encargado de la agenda cultural. La voy generando semanalmente, tratando de no repetir ninguna propuesta, y lo vamos trabajando con muchos meses de anticipación. En el caso de las bandas tratamos de agendarlas con dos meses de antelación.

-¿Qué géneros priorizan o prefieren mostrar?

-Acá el espacio es cien por ciento underground, ¿no? Tiene esa esencia. Siempre se les da lugar a las bandas que no pueden tocar en otros lados o que están fuera de circuitos más comerciales.

-¿Cómo nace el concepto del bar como "sanguchería cultural"?

-El concepto viene de una idea que tuve de unir dos palabras, por un lado la comida o la gastronomía, y por el otro la cuestión cultural. Obvio que miles de bares han hecho propuestas culturales, pero nunca hubo una "sanguchería cultural". Creo que es un concepto bastante definido, y se ha mantenido desde el primer día.

-¿Cómo ves la escena cultural y de la noche cordobesa pospandemia, y cómo se posicionan ustedes?

-Creo que hoy está todo sobresaturado. Hay demasiada oferta. Si bien parece algo paradójico, en una época de mucha crisis, como la actual, hay una sobrecarga de oferta. Tiene que ver con que la gente no puede ahorrar y el poco ingreso se gasta en diversión y entretenimiento. Pero este espacio se diferencia mucho de lo que es esa sobrecarga de oferta, porque nació con una identidad muy marcada, de hecho tiene un perfil político y no está preocupado por lo que pase alrededor, tiene sus aspectos particulares.

-¿Cómo definirías lo que es Un Mundo Feliz? Que además tiene una connotación literaria por la novela de Aldous Huxley. ¿Cómo se entiende este bar en una ciudad como Córdoba?

-Y, el nombre dice mucho, ¿no? En un momento como este en el que gobierna un payaso como Milei, Un Mundo Feliz es un refugio donde la gente puede divertirse y encontrar un escape a este desastre que está ocurriendo. Hay mucha gente que se identifica con nuestra propuesta. El lugar tiene una agenda cultural muy diversa, variada, y apunta a todas las variantes del arte, no sólo a la música en vivo. Apunta al cine, al teatro, a la literatura con ciclos de poesía. No se cierra en una sola propuesta. Otra cosa a destacar es que todas las actividades son gratuitas. Que el arte pueda ser gratuito es una política del espacio, y que nosotros podamos bancar eso es una apuesta importante. Un Mundo Feliz es un espacio amplio, diverso, popular, político, cultural, todo lo que hace falta hoy.

Un Mundo Feliz queda en Caseros 382, a metros de la cañada. Su agenda cultural puede verse en https://www.instagram.com/unmundofelizbar/


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Imágenes: Santiago Pfleiderer
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